En su mensaje por la Jornada Mundial de la Paz, que el Papa dedica a la inteligencia artificial, este señala el ámbito educativo como un espacio privilegiado para promover el sentido crítico que nos ayude a manejar las nuevas herramientas tecnológicas y que estas no dominen. Desde este espíritu, el salesiano Sergio Codera utiliza la inteligencia artificial en sus clases de Religión en el Colegio Santísima Trinidad, de Sevilla, dirigido por su congregación.



Como explica a Vida Nueva, esta tecnología es muy útil para promover en sus alumnos la inquietud y la búsqueda religiosa: “Es un fenómeno increíble. En cuanto empecé a leer las primeras noticias, me empapé de todas las novedades y vídeos para estar al día de esta gran revolución. Y es que nos abre un gran abanico de posibilidades en nuestra vida y no podemos quedarnos atrás de algo tan importante”.

Más rápidos y motivados

Una labor que empezó de un modo autodidacta y que ahora, puesta en marcha desde el pasado curso, ha dado muchos frutos: “Los chicos son más rápidos y eficaces al preparar materiales en grupo para sus exposiciones. Los veo motivados al buscar respuestas a preguntas muy concretas. Muchos desarrollan más su creatividad para hacer proyectos interesantes”.

El ritmo de aprendizaje se acelera. Y también la convivencia con esta innovación tecnológica: “Al principio, el curso pasado, los alumnos alucinaban. Pero este año ya la usan en su día a día, dentro y fuera del aula”. Algo que empezó cuando, con los de segundo de bachillerato, comenzamos a generar imágenes de santo Domingo Savio. ¡Y eran fascinantes! No solo les encantó, sino que los vi muy motivados y con ganas de hacer más actividades. En algunos cursos de secundaria hicimos presentaciones automáticas sobre la Semana Santa, que sirvieron como base para después editarlas y cada uno darle su toque… En otros, más mayores, la inteligencia artificial nos ayudó a trazar la ruta de los viajes de san Pablo”.

Los ojos abiertos

Como docente, hay que tener los ojos bien abiertos: “Hay a quien le ayuda a aprender más porque investiga, profundiza y se ‘engancha’ al conocimiento, pero también habrá quien use la inteligencia artificial para que le haga sus trabajos de forma automática, sin ni siquiera leerlos luego. En un nuevo paradigma pedagógico, no podemos mandar las mismas tareas de antes”.

Eso sí, en lo que Codera (@sercode en Instagram) no tiene dudas es en que Don Bosco, hoy, también apostaría por esta herramienta en el aula: “Fue siempre por delante en la educación y conocía bien a los chavales y sus intereses. Y también fue un hombre de su tiempo, inserto en la realidad del mundo, que nunca demonizó, sino que canalizó y usó para el bien. Fue todo un mago, capaz de ilusionar, educar y evangelizar con todo lo que estuviera al alcance de sus manos. Apostó por la comunicación con la compra de una imprenta para ponerse a imprimir libros y más libros. No me puedo ni imaginar todo lo que estaría produciendo hoy que tenemos tantas herramientas increíbles a nuestro alcance. Hoy, no solo vería el potencial de la inteligencia artificial como una herramienta valiosísima, sino que le saldría humo de la cabeza al pensar todo lo bueno que podría hacer. ¡Y lo haría!”.

Imágenes de IA elaboradas por Sergio Codera.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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