Las más altas autoridades eclesiásticas chilenas llegaron a la isla para esta celebración
El 3 de enero de 1864 llegó a la isla el hermano Eugenio Eyraud, siendo novicio de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Impulsado por el deseo de ayudar a los Rapa Nui que sufrían a causa de los esclavistas fue el primer misionero en anunciar el Evangelio en la isla.
Este martes 2 de enero llegó a la isla una comitiva de autoridades eclesiásticas procedentes del continente. Las autoridades locales, civiles, militares, sociales y de las organizaciones rapa nui, les recibieron en el aeropuerto de Mataveri colocándoles el tradicional collar de flores al cuello.
La comitiva estuvo integrada por el nuncio apostólico, Alberto Ortega; el arzobispo emérito de Santiago, cardenal Celestino Aós; el obispo castrense, Pedro Ossandón; el obispo de Valparaíso, Jorge Vega y el obispo de Villarrica, Francisco Stegmeier. También el superior provincial de la Congregación Sagrados Corazones en Chile y Argentina, P. Sandro Mancilla, el sacerdote franciscano conventual Rapa Nui, Fray Francisco Nahoe y el sacerdote de Valparaíso, P. Winstor Hardy.
Desde el aeropuerto la comitiva se dirigió a la sede parroquial de la Santa Cruz donde tuvieron un momento de oración. Luego, rezaron un responso en el lugar donde se encuentran sepultados los primeros misioneros. Allí los visitantes dejaron los collares que recibieron en el aeropuerto, respetando de esa manera una tradición en la que las personas que llegan para prestar un servicio a la Iglesia, deben dejar sus collares a los primeros misioneros.
Durante esa tarde, en la parroquia Santa Cruz, el padre Eric Hernout, SSCC, archivista del Instituto de los Sagrados Corazones, expuso la “Vida y obra del Hno. Eugenio Eyraud”. Recordó que “todos los días, la casa del hermano Eugenio se volvía un lugar de encuentro para la catequesis”, y que “nos dejó un testimonio de vida, de fe, esperanza y caridad”, destacando que su gran “arma en la vida” fue la humildad.
Después de la conferencia, el Cardenal Celestino Aós, presidió la Misa en el templo. En su homilía, dijo que “El misionero no solamente anuncia la Verdad de Jesucristo, también ayuda a vivirla. Por eso sabe que el Evangelio es sacrificio, el Evangelio nos pone un espejo delante para que cambiemos nuestra vida. El Evangelio transforma porque Jesucristo transforma”. Durante la Eucaristía, el Cardenal Aós bendijo ornamentos litúrgicos para ser utilizados en las celebraciones por los 160 años de evangelización en la isla.
La Misa del Aniversario de Evangelización, el miércoles 3, fue presidida por el obispo de Valparaíso, Jorge Vega, con asistencia de la comunidad católica de la isla y las autoridades indígenas, civiles, políticas y militares.
El obispo Vega, en su homilía, dijo que “para la diócesis de Valparaíso es una alegría y una bendición acompañar pastoralmente a Rapa Nui“. Agregó que “hacer una memoria agradecida es darle gracias a Dios por los párrocos y hermanas que han pasado por aquí, también por tantos catequistas que han contribuido en la evangelización en esta tierra”.
Luego dijo que “este proceso de evangelización no ha terminado, al contrario. Sería bueno que en un futuro cercano la liturgia completa se pueda celebrar en Rapa Nui y que se haga una traducción católica de las Sagradas Escrituras en Rapa Nui. También, que los jóvenes hijos de esta tierra se consagren al Señor, es tarea de toda la comunidad trabajar para que en medio de ella salgan santas vocaciones”.
Terminada la Misa el Nuncio Apostólico bendijo un nuevo salón para la parroquia. Al día siguiente presidió la Misa el obispo castrense, Pedro Ossandón, que se prolongó en una procesión marítima con la Virgen del Carmen.
El programa incluye administrar el Sacramento de la Confirmación a jóvenes rapanui, lo que se realizará el sábado 6 a cargo del nuncio apostólico, Alberto Ortega. Para el domingo se espera una gran Misa Solemne que será presidida por el Nuncio y concelebrada por los obispos presentes.
La parroquia de Rapa Nui integra la diócesis de Valparaíso y comprende toda la isla, ubicada en medio del océano Pacífico, a 3.700 kilómetros de la costa chilena. Sus 7.750 habitantes viven en su territorio de 163 kms2 que cuenta con un único poblado: Hanga Roa.
Es uno de los principales destinos turísticos de Chile debido a su naturaleza y la cultura ancestral de la etnia rapanui, cuyo más notable vestigio corresponde a las enormes estatuas antropomorfas conocidas como moái. Desde 2016, el pueblo Rapanui, a través de la Comunidad Indígena Polinésica Ma’u Henua, administra el Parque Nacional Rapa Nui para preservarlo, especialmente debido a que desde 1995 es Patrimonio de la Humanidad, declarado por la Unesco.
A fines del siglo XIX el Estado chileno anexó esa isla a su territorio nacional. Era una época en que la etnia rapanui estuvo a punto de su extinción: quedaban sólo 12 varones de 101 personas en el total de su población. Además de fortalecer su propio desarrollo, se logró prohibir la esclavitud que había existido en las décadas anteriores, favorecida por empresas que explotaban sus recursos y con ello también se terminó el tráfico de esclavistas extranjeros que se llevaban habitantes de la isla.
En 1993, el Estado chileno crea la Comisión de Desarrollo de la Isla de Pascua que reconoce legalmente al Consejo de Ancianos de Rapa Nui. Desde 2005 el Gobierno lo reconoce como un territorio especial con Estatuto legal propio, lo que quedó incorporado en la Constitución Política del país.
La parroquia de la Santa Cruz, fundada en diciembre de 1937, es la única en la isla y está ubicada en el poblado de Hanga Roa. Allí se constata el sincretismo religioso que funde el simbolismo católico con la mitología rapanui.
La mayoría de los isleños asisten a la primera Misa del domingo, ataviados con sus ropajes propios. Los cantos son en rapanui, aunque la Misa es en español.