Nada más comenzar la celebración el Papa ha preguntado a los padres y a los padrinos si estaban dispuestos a asumir los compromisos y ha hecho la señal de la Cruz sobre los neófitos tal como marca el ritual. También el pontífice ha dirigido el resto de signos propios del sacramento que, como en el caso de las unciones o la entrega de la vestidura blanca han llevado a cabo los concelebrantes. A la pila bautismal han acudido los niños y niñas que han recibido el bautismo por parte del pontífice.
En su homilía, con el murmullo de los pequeños de fondo, Bergoglio ha comentado de forma espontánea sin leer los papeles que “estamos aquí para bautizar, dar el don de la fe a nuestros niños que son los protagonistas, los que mandan hoy porque van a recibir el regalo más bello, el don de la fe”, por lo que pidió que les dejen llorar o les atiendan si tienen hambre por “nos dan el testimonio de cómo se recibe la fe, con la inocencia de un niño, con apertura de corazón”.
Francisco también agradeció el testimonio de los padres y de los padrinos que han querido traer a sus hijos a la celebración de este sacramento. “Os deseo que vuestra vída sea de ayuda para que la fe crezca en ellos”, imploró.