Vaticano

Gänswein: “Benedicto XVI no nació para ejercer el poder”

“Nunca lo vimos llorar porque estaba muy controlado y dominaba sus emociones, pero sufrió”, ha asegurado el secretario de Joseph Ratzinger





“Benedicto XVI no nació para ejercer el poder”. Así lo señalaba el arzobispo alemán Georg Gänswein, secretario personal de Benedicto XVI hasta su muerte, en conversación con los feligreses de la parroquia del Sagrado Corazón en Carnovali, Bérgamo, en la que pasó la fiesta de la Epifanía.



Gänswein describió al difunto pontífice, quien murió el 31 de diciembre del año pasado, como alguien “cuya vocación era esa de un profesor universitario y no de una carrera eclesiástica”. “No nació para ejercer el poder”, insistió Gänswein, pero una vez elegido, y teniendo que enfrentarse a “cuestiones preocupantes en la Iglesia”, tuvo “un fuerte sentido de la responsabilidad: ya como cardenal vio que el gran problema de la Iglesia no fueron las persecuciones o ataques del exterior, sino la inmundicia que se producía en el interior”.

“Renunció por amor a Dios”

Y es que, tal como subrayó el arzobispo alemán, al papa emérito ser consciente de esto “le costó mucho”: “Nunca lo vimos llorar porque estaba muy controlado y dominaba sus emociones, pero sufrió”. Asimismo, Gänswein desacreditó varias teorías de conspiración en torno a la renuncia de Benedicto al papado en 2013, aunque sí reconoció que, cuando Ratzinger le confió sus intenciones, “fue un golpe muy duro”. “Le dije: Santo Padre, no puede hacerlo”, explicó.

Pero el Papa le explicó “que había luchado y sufrido, pero que ya no tenía la fuerza física y psicológica para ejercer esa responsabilidad”, dijo Gänswein, subrayando que “los lobbys gay, el IOR, la pedofilia, Vatileaks, no tienen nada que ver con él.” En definitiva, Benedicto, dijo, “renunció por amor a Dios y a la Iglesia”.

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