Vaticano

Católicos y marxistas… juntos y revueltos con el papa Francisco

“Una política verdaderamente al servicio del hombre no puede dejarse dictar por los mecanismos financieros y de mercado”, ha recordado el Pontífice





“Un escritor latinoamericano decía que los hombres tienen dos ojos: uno de carne y otro de cristal. Con el primero ven lo que miran, con el otro lo que sueñan. ¡No pierdan la capacidad de soñar!”. Con esta divertida anécdota ha empezado el papa Francisco su discurso a los miembros del Grupo DIALOP, destinado a poner en diálogo a intelectuales católicos y marxistas, a quienes ha recibido este miércoles en audiencia en el Vaticano. Y es que esta iniciativa nació hace poco menos de diez años, tras un encuentro entre Francisco y el ex primer ministro griego Alexis Tsipras.



“Hoy, en un mundo dividido por las guerras y la polarización”, ha continuado el Papa, “corremos el riesgo de perder la capacidad de soñar. Pero los argentinos decimos: ‘no te arrugues’, expresión que significa ‘no te contengas’. Y esta es la invitación que también os hago a vosotros: no os detengáis, no os rindáis, no dejéis de soñar con un mundo mejor”.

De hecho, “es en la imaginación donde la inteligencia, la intuición, la experiencia y la memoria histórica se encuentran para crear, aventurarse y arriesgarse”. De esta manera, ha animado a los presentes a “tener el coraje de romper moldes para abrirse, en el diálogo, a nuevos caminos” y a atender siempre “a los más débiles”, es decir, “los pobres, los desempleados, los sin techo, los inmigrantes, los explotados y todos aquellos que la cultura del descarte transforma en desperdicio”.

Depurar las desigualdades

“Una política verdaderamente al servicio del hombre no puede dejarse dictar por los mecanismos financieros y de mercado”, ha recordado Francisco, ya que “la solidaridad, además de virtud moral, es una exigencia de justicia, que exige corregir las distorsiones y depurar las intenciones de los sistemas desiguales, también a través de cambios radicales de perspectiva en el reparto de desafíos y recursos entre hombres y pueblos”.

Así, el Papa ha concluido su discurso agradeciendo a los miembros del grupo su “compromiso con el diálogo”. “Siempre hay una gran necesidad de diálogo, ¡no tengáis miedo! Rezo por ustedes y les deseo sabiduría y valentía en su trabajo por un mundo más justo y pacífico. Que el Evangelio de Jesucristo inspire e ilumine siempre vuestras investigaciones y acciones”.

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