Las bandas toman el control en las principales cárceles y extienden una oleada del terror por buena parte del territorio nacional
La tensión es máxima en Ecuador, donde el Gobierno de Daniel Noboa está desplegando a los militares por todo el país y ha decretado el estado de excepción y el toque de queda. Todo desde que, en los últimos días, las mafias criminales hayan empezado a mostrar su fuerza y se hayan hecho con el poder, desde dentro, de las dos principales cárceles de la nación, el Litoral y la Regional, ambas en Guayaquil y que, situadas en un mismo recinto penitenciario, albergan a unos 10.000 presos.
A raíz de esta pérdida absoluta del control en las prisiones, varios de los principales líderes de las bandas están escapando con total impunidad; entre ellos, José Adolfo Macías ‘Fito’, cabecilla de Los Choneros y catalogado como el criminal más peligroso de Ecuador. Ya en la calle, los criminales están atemorizando a la población con una extensión de la violencia sin parangón, arrasando centros comerciales, medios de transporte o incluso tomando un canal de televisión mientras emitía en directo.
En pleno caos, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, este 9 de enero, ha hecho público un comunicado en el que condenan contundentemente esta ola criminal. Titulado ‘La violencia no prevalecerá’, los obispos reconocen que “vivimos momentos de zozobra en nuestro país. La delincuencia organizada está sembrando, en la cotidianidad de nuestras vidas, caos y desesperación”.
En este sentido, los pastores llaman a la ciudadanía a que no caiga en la desesperanza para, juntos, poder salir de esta prueba: “La violencia, venga de donde venga, debe encontrarnos unidos, mirando hacia adelante, y con la fortaleza necesaria para que Ecuador sea lo que siempre ha sido, un lugar de paz, de trabajo, de fraternidad”.
Por lo mismo, demandan a la población que “no caigamos en el pánico estéril que hace el juego de los violentos dando crédito a cualquier imagen alarmista compartida en redes sociales, ni en la ingenuidad de bajar los brazos creyendo que esta lucha es solo de quienes nos gobiernan”.
Respecto a las mafias, el aldabonazo eclesial es total, considerando “toda actividad reñida con la ley” como “una traición a la patria, a los valores más sagrados de nuestra ecuatorianidad y a Dios, que será el juez de nuestras vidas”.
A falta de ver cómo evoluciona esta crisis en los próximos días, la acción criminal ya se ha cobrado la vida de 10 personas, de las que dos son policías.