Gabriel Attal se ha convertido en el primer ministro de Francia más joven de la historia reciente con solo 34 años. Elegido para el cargo por el presidente Emmanuel Macron, es hijo de un judío no practicante y de una madre ortodoxa rusa y aunque se considera no creyente ha señalado en alguna ocasión que no es “ajeno a la cuestión de la trascendencia”.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Inteligencia artificial (y espiritual)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Educación ortodoxa
Attal fue bautizado en la iglesia ortodoxa rusa de la calle Daru, en el distrito 8 de París, según recoge La Croix. Y es que su madre, Marie de Couriss, procedente de un linaje de nobles rusos. Su padre, Yves Attal, comenzó su carrera como abogado antes de convertirse en productor cinematográfico llegando a encargarse del por ejemplo de ‘Tacones lejanos’ de Pedro Almodóvar. De origen judío solía repetir aquello de que “Dios murió en Auschwitz”, según publicó en su día Le Monde. Su padre falleció de cáncer en 2015 y su hijo recordó que a menudo le repetía: “toda tu vida te sentirás solidario con los judíos, porque como ellos sufrirás el antisemitismo a causa de tu nombre”.
Sin embargo, la educación de Gabriel Attal se desarrolló en los distritos 13 y 14 de París, donde asistió de niño a la catedral de Saint-Alexandre-Nevsky, por ser el primer lugar de culto permanente de la comunidad ortodoxa rusa en la capital. Hoy en día es la sede de esta archidiócesis perteneciente al Patriarcado de Moscú. La madre por vía paterna desciende de una familia griega que emigró a Rusia en tiempos de Catalina II –de hecho está emparentado con un importante teólogo del siglo XX, Jean Meyendorff –. Incluso algunos de sus ascendientes entroncan con la aristocracia zarista. Al divorciarse sus padres en el 2000, cambió su apellido por el de la madre.