Según acaba de confirmar L’Osservatore Romano, ayer, 10 de enero, falleció Vinicio Riva, que, el 6 de noviembre de 2013, protagonizó junto al papa Francisco una imagen que impactó al mundo entero. Entonces, en plena Plaza de San Pedro, un muy emocionado Bergoglio abrazó sobre su pecho su rostro desfigurado por la enfermedad de von Recklinghausen. Así, durante varios segundos, acarició con sus dos manos y besó los marcados bultos tumorales que llenaban la cabeza del hombre y que marcaban todo su cuerpo.
Originario de Isola Vicentina, Vinicio, de 58 años y que ha fallecido en el hospital de Vicenza, compartió su testimonio a los pocos días en una entrevista con ‘Daily Mail’. En ella reconoció que, en este instante, “mi corazón latía tan fuerte que pensaba que moriría”.
Lo que más le tocó el corazón fue que Francisco, que desconocía cuál era su enfermedad y si podía ser contagiosa o no, “ni siquiera pensó si abrazarme o no”. Un gesto tan auténtico que él sintió “como el paraíso”, transmitiéndole un único sentimiento: “Amor”. Y eso que ni siquiera le hizo falta decir una sola palabra… “Estaba completamente callado, pero a veces se puede decir más cuando no se dice nada”.
Ese 6 de noviembre de hace una década, hacía menos de medio año que el mundo conocía a quien se había vestido de blanco para suceder a Benedicto XVI. Ya había tenido innumerables gestos en los que mostró un alma abierta en canal, pero ese día, al abrazar a Vinicio, la humanidad entera confirmó que Francisco es el Papa de la ternura.