El Pontífice ha tenido cuatro audiencias esta mañana y ha evitado leer dos de los discursos por consejo médico, pero ha estado sonriente junto a sus invitados
El papa Francisco presenta, nuevamente, una infección pulmonar. “Tengo un poco de bronquitis y no puedo hablar bien”, ha explicado esta mañana el propio Pontífice en su audiencia a los participantes en el Simposio ‘Université des Communicants en Église’, promovido por la Conferencia Episcopal Francesa.
Hace un mes y medio, a finales de noviembre, el Papa ya estuvo en reposo por un proceso gripal similar que le impidió viajar a Dubái para participar en la COP28.
Jorge Mario Bergoglio ha tenido esta mañana cuatro audiencias en los Palacios Apostólicos y ha evitado leer su discurso preparado para la ocasión en las dos últimas siguiendo los consejos de su equipo médico. Sin embargo, ha saludado a todos sus invitados y ha posado sonriente en las fotos. Además hoy se ha visto con varios cardenales y obispos siguiendo su agenda prevista.
“Gracias por venir. Me gustaría leer el discurso completo pero tengo un problema. Si no se ofenden, les entregaré la copia del discurso. Disculpen. Se los entregaré a todos ustedes, pero me resulta muy difícil hablar. Gracias por su comprensión. Y gracias por venir. Muchas gracias por su trabajo. Sigan adelante con esto”, ha dicho el Papa a los responsables de la comunicación de las diócesis, de las congregaciones religiosas, de las asociaciones y movimientos católicos, de las nuevas comunidades y de las parroquias galas.
Y ha continuado: “Ahora les daré la bendición y luego me despediré uno por uno, porque para saludar no tengo que hablar. Lo hago desde el corazón”.
En el discurso entregado, Francisco les ha pedido, como periodistas, tener coraje, una mirada amplia y dar testimonio.
“Recuerden que la comunicación es ante todo testimonio. Y cuando está hecho de palabras, de imágenes, es una manera de compartir este testimonio. Esto es lo que nos hace creíbles en nuestra relación con los medios seculares; y esto es también lo que hace que nuestra red de comunicación sea cada vez más atractiva y crezca día tras día, de persona a persona”, afirma.
Y añade: “Sé que, después de la vergüenza del escándalo de los abusos, la Iglesia en Francia está viviendo un camino de purificación. Seguid. Los momentos más oscuros suelen ser los que preceden a la luz. En Marsella pude comprobar cuánta vitalidad hay en la Iglesia de Francia. No dudéis en compartir a través de la comunicación todo el bien que hay en vuestras diócesis, en vuestras congregaciones, en vuestros movimientos. No dudes en construir la comunión en la Iglesia y la fraternidad en el mundo a través de la comunicación. Sed creativo. Sed acogedores. La sociedad quiere y necesita escuchar la palabra de la Iglesia como Madre amorosa de todos”.
“No tengáis miedo, sino coraje. Una valentía distinta a la de quien se cree el centro. La valentía que nace de la humildad y la seriedad profesional, y que hace de tu comunicación una red cohesiva y al mismo tiempo abierta y extrovertida. Lo sé, no es fácil. Pero esta es la vuestra, nuestra misión. Y aunque los destinatarios puedan parecer indiferentes, escépticos, a veces críticos e incluso hostiles, no se desanimen. No los juzguen. Compartid la alegría del Evangelio, el amor que nos hace conocer a Dios y comprender el mundo. Los hombres y mujeres de nuestro tiempo también tienen sed de Dios, buscan el encuentro con Él y también lo buscan a través de vosotros”, subraya.
“Tener una mirada amplia para mirar lejos. Mirando el mundo entero en su belleza y complejidad. En medio de los murmullos de nuestro tiempo, la incapacidad de ver lo esencial, descubrir que lo que nos une es siempre mayor que lo que nos divide; y que hay que comunicar, con la creatividad que nace del amor. Recordemos esto siempre. Es una verdad ignorada, pero es la caridad la que lo explica todo. Todo se vuelve más claro –incluso nuestra comunicación– a partir de un corazón que ve con amor”, concluye Francisco en su mensaje.