“Ha sucedido muchas veces en la historia de la Iglesia: Dios intervino y nos dio nuevamente un Papa fuerte, bueno y santo, así que definitivamente volverá a suceder”, ha deseado Athanasius Schneider en un vídeo
Ha tardado unos días, pero el obispo auxiliar de Astaná (Kazajistán), Athanasius Schneider –y uno de los principales defensores del rito tridentino– ha mostrado su postura ante el documento Fiducia Supplicans: pedir a los católicos que recen por el papa Francisco y que este “se arrepienta” de haber aprobado el documento.
El discurso de Schneider ha sido rápidamente compartido por el canal de televisión Polonia Cristiana, en un vídeo en el que se ve al obispo dirigiéndose a los católicos y animándoles a ser “siempre fieles a la fe católica”. “No hay duda de que vivimos tiempos muy turbulentos y esto, desgraciadamente, también se aplica a la vida de la Iglesia”, dice, reconociendo que está “particularmente preocupado por los acontecimientos recientes que han afectado a todas las personas en todo el mundo –incluso a los no católicos– debido a este desafortunado documento publicado por el Vaticano”.
Así, Schneider subraya que “aunque el documento afirma que la doctrina de la Iglesia no ha cambiado, y que no ha habido ningún cambio en la doctrina sobre el matrimonio, la familia y la sexualidad, el mismo documento socava esta doctrina y la niega al permitir que los católicos la practiquen”. Además, señala que el hecho de que los sacerdotes “no bendigan la homosexualidad pero sí a las parejas homosexuales” resulta “el quid de la cuestión, porque para cada persona que todavía usa la razón y la lógica, el nombre, el significado y el gesto de bendición implican una especie de aprobación si no en teoría, sí en la práctica”.
Esta diferenciación entre bendecir a las personas y no la homosexualidad es, para el prelado, “un juego de palabras que no consigue convencer a nadie”. De hecho, “tales interpretaciones contradicen la lógica básica y no podemos dejarnos engañar por tales juegos verbales”. Por ello, para Schneider ‘Fiducia Supplicans’ es “un documento indigno de la Iglesia”, igual que es “indigno que obispos y cardenales engañen a la gente y engañen al mundo entero diciendo que ‘la Iglesia no ha cambiado su doctrina, pero un sacerdote puede bendecir tal situación”.
El hecho de que no sea una bendición litúrgica sino espontánea es, para Schneider, “otro truco, mentira y fraude”. “Pueden llamarlo como quieran, pero es una bendición, y por eso nunca debemos aceptar tales engaños y mentiras que socavan la verdad de la fe católica que Dios revela y es que la homosexualidad es inherentemente mala en todas las circunstancias, y que las parejas homosexuales o las relaciones homosexuales constituyen en sí mismas una grave corrupción”.
“Esta posición lleva el mensaje al mundo de que la Iglesia católica acepta a las parejas del mismo sexo en algún sentido. Este documento y la práctica de las llamadas bendiciones espontáneas o episcopales, que ya se practican en muchos lugares del mundo, hacen que la Iglesia católica se convierta en la práctica en una especie de propagandista de la ideología universal de género, anticristiana y antihumana”, lamenta Schneider. “Por lo tanto, debemos decirles a nuestros sacerdotes y obispos que este documento no puede ser aceptado. Debemos ser fieles a nuestra fe católica y, por supuesto, orar por el Papa para que Dios lo ilumine y revoque y retire rápidamente este documento; es nuestro deber como buenos católicos. Será un signo de verdadero amor hacia el Papa y la Santa Sede”.
“El enemigo no puede derrotar a la iglesia porque la iglesia pertenece a Dios”, continúa. “La autoridad papal de Pedro, la Santa Sede, fue establecida por Cristo y no puede ser derrotada por enemigos”. Sin embargo, señala que “en nuestro tiempo, los enemigos han penetrado muy profundamente en los oficios y altos cargos del Santo Discípulo, pero no pueden destruirlo, porque fue establecido por Dios, permitiendo a veces confusión y distracción temporal”. “Ha sucedido”, considera, “muchas veces en la historia de la Iglesia, tal vez no frecuentemente, pero Dios intervino y nos dio nuevamente un Papa fuerte, bueno y santo, así que definitivamente volverá a suceder”, dice. “No se desanimen”.
Asimismo, anima a los fieles a “incluso si son perseguidos o cuando os niegan, por ejemplo, la tradicional misa en latín”, ya que para el obispo esta es la “verdadera fe católica”. “Busquen, entonces, buenos obispos que les acepten, incluso si son obispos jubilados”, añade. “Someted este sufrimiento a Dios, porque es sufrimiento vivir en tiempos tan convulsos, pero Dios en Su sabiduría ha ordenado que viváis en tales tiempos para que ganéis muchos méritos para la vida eterna”.
Finalmente, Schneider concluye su discurso animando a “amar incondicionalmente a la Iglesia” y a orar siempre “por el papa Francisco”. “Hagan ofrendas todos los días por su conversión, para que Dios ilumine al papa Francisco, le dé su luz, para que el Papa vuelva a la tarea propia que Cristo le encomendó, es decir, fortalecer con toda claridad a todos los fieles y a los obispos”. “Todos los católicos del mundo asediarán juntos el cielo, rogando a Dios que cambie al Papa Francisco, que le dé la luz de Dios, para que se arrepienta de la confusión que ha introducido en la Iglesia”, asevera, “entonces sucederá un milagro y todos le daremos gracias a Dios por ello”.