El obispo Fernando Prado y su equipo de gobierno deciden de forma “unánime” dejar de emitir en TDT a partir del 14 de febrero y apuestan por comunicar en YouTube y redes sociales
El Obispado de San Sebastián echa el cierre a Betania TV, la televisión diocesana que se puso en marcha oficialmente hace tres años, en marzo de 2021. Así lo recoge una nota emitida desde el Obispado donostiarra que reconoce que el canal “arrastra desde su creación, año tras año, un déficit económico significativo y creciente que, lejos de lo que se había previsto cuando comenzó el proyecto, lo hace inviable”. “No hay ningún indicador que haga pensar que en un próximo futuro pudiera invertirse esta tendencia”, se apostilla a continuación.
A la vez, se argumenta este cese de la actividad de este canal que se emite en abierto a través de la TDT, así como por la fibra de Euskaltel, ante “la nueva e importante inversión económica” que exigiría a la Iglesia adaptarse al Sistema en Alta Definición (HD System), un formato obligatorio a partir del 14 de febrero. La decisión se habría tomado en un mano a mano entre el obispo Fernando Prado y el equipo de gobierno de la diócesis de forma “unánime” y “después de un suficiente discernimiento”.
Misionero claretiano, periodista y con experiencia como gestor, una de sus primeras decisiones al asumir el pastoreo de Donosti en diciembre de 2022 fue prohibir que la televisión diocesana emitiera contenidos de EWTN, el emporio mediático norteamericano con una línea editorial que cuestiona al Papa Francisco. Entonces, a través de un decretó explicó que prescindía de estos espacios importados “para favorecer la comunión de la diócesis con el Sucesor de San Pedro”.
Ahora, además del desembolso que implica para la Iglesia donostiarra el nuevo salto digital, también se justifica el fin de Betania TV en la nota por el “considerable gasto mensual constante” que se requiere para sacar adelante la programación. Así, desde el equipo del obispo Prado se explicita que no se puede “disponer de los recursos humanos profesionales necesarios”, máxime, subrayando cómo en el País Vasco ha de atenderse además al “necesario bilingüismo”.
Con estas premisas, se constata que “la diócesis no puede llevar adelante un proyecto de televisión temática religiosa con un impacto evangelizador significativo y suficientemente atractivo dentro de un espacio televisivo cada vez más fragmentado”. Incluso se recuerda en el comunicado cómo “se hace muy complicada incluso la supervivencia de otros canales similares, aun contando estos con más profesionales y mayores recursos económicos”. A la par, se reconoce el trabajo realizado hasta ahora tanto de los profesionales como de los voluntarios del canal diocesano por su “pasión evangelizadora”.
Así pues, el canal dejará de emitir el 14 de febrero y, a partir de ese momento, la retransmisión de las celebraciones o la información eclesial se ofrecerán a través de internet: YouTube, Twitch, redes sociales… El Obispado de San Sebastián desarrolló el proyecto de Betania TV cuando en la Navidad de 2020 El Diario Vasco se disponía a cerrar su canal TeleDonosti. Fue entonces cuando se inició una negociación que acabó con la transferencia de la licencia del grupo mediático a la diócesis con el visto bueno tanto del Gobierno central como del Gobierno vasco.
“Ciertamente, las razones económicas tienen su peso en la decisión, pero el gobierno de la diócesis ha tomado esta decisión al constatar la propia incapacidad de una diócesis de estas dimensiones para poder ofrecer un proyecto de televisión no comercial de calidad, con los necesarios profesionales, que pueda hacerse un espacio realmente significativo en el fragmentado y competitivo mercado audiovisual actual”, asegura Jon Odriozola, delegado de Medios de San Sebastián, a preguntas de ‘Vida Nueva’.
Para el periodista diocesano, “mantener una televisión que refleje la vida diaria de la Iglesia local y que haga llegar una programación propia de carácter religioso, que atienda la idiosincrasia bilingüe de los habitantes de Gipuzkoa, requeriría muchos medios profesionales y económicos, a los que una diócesis como la nuestra no puede hacer frente”. Con datos en la mano, defiende que “una televisión que emite para 725.000 personas requiere prácticamente los mismos medios profesionales y económicos que una televisión que llegue a millones de personas”.
Teniendo en cuenta este público objetivo, ¿se tiene constancia de la audiencia real que tendría Betania TV? “La diócesis, a través de sus asesores ha tenido acceso a los datos reales sobre las audiencias de las televisión local en Gipuzkoa”, expone del delegado de Medios, que añade justo después que “son datos contrastables que hablan de un uso escaso de estos canales locales y, además, cada vez menor en número de personas y en tiempos de uso”. Con esta premisa, sostiene que “Gipuzkoa, en verdad es una provincia muy pequeña y el impacto de todas las televisiones locales es el que es”.
Con este punto de partida, y como profesional de la comunicación, Odriozola comparte con ‘Vida Nueva’ que “parece que el futuro no es la televisión tradicional, sino el vehicular contenidos como los nuestros a través de internet, haciéndolos llegar a través de las redes sociales a los teléfonos y a las tabletas que todo el mundo dispone”. “El impacto de estos nuevos medios, sobre todo en públicos más jóvenes, es mucho mayor”, deja caer.
Y, desde ahí, apunta que “la diócesis cuenta desde hace meses con un nuevo equipo de profesionales de la comunicación, que queda ahora enriquecido con la incorporación del técnico de Betania TV”. “Seguiremos retransmitiendo las celebraciones importantes a través de los canales digitales, mostrando la vida de la diócesis y elaborando materiales para hacer llegar el Evangelio y la información diocesana a los teléfonos y a los dispositivos electrónicos”, sostiene.
Toda esta reforma emprendida, con la supervisión del obispo Fernando Prado, busca “hacer llegar la verdad de lo que somos, lo que hacemos y vivimos como comunidad cristiana” en medio de una sociedad secularizada para “reflejar la vida de nuestra Iglesia y hacer sentir a las mujeres y hombres que componen nuestra diócesis, que formamos parte de una comunidad llena de vida”. “Además -continúa el delegado de medios-, lo tenemos que hacer a través de los medios más adecuados hoy: consideramos que el presente y el futuro está en el mundo de internet y de las redes sociales que están al alcance de todos”.
Otro de los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia universal, pero también la local, es la manera de hacerse hueco con un relato evangelizador cuando los abusos sexuales y otras tantas polémicas parecen eclipsar cualquier información más sobre el hecho religioso. Frente a ello, el delegado de Medios de San Sebastián subraya la necesidad de contar “con rigor la verdad de las cosas y no dejando de trabajar para que se ponga siempre en el centro a las víctimas y se dirijan todos los medios al alcance de la comunidad cristiana para que no se repitan cosas similares”. “Todo lo que la Iglesia haga por esclarecer la verdad y poner medios para que esto no se repita en su propio seno traerá siempre una mayor credibilidad a la institución y al propio mensaje que queremos predicar”, remata Odriozola.