El papa Francisco ha recibido este viernes en audiencia a la delegación ecuménica de Finlandia, con motivo de la fiesta de San Enrique, con quienes ha celebrado de forma ecuménica esta festividad. Ha dirigido, además, unas palabras a los presentes, que ha concluido con la oración conjunta del Padrenuestro.
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“Como miembros de la comunidad bautizada, estamos en camino y nuestra meta común es Jesucristo”, ha afirmado el Papa, que considera que “esta meta no está lejana, no es inalcanzable, porque nuestro Señor vino a nuestro encuentro en su misericordia, se hizo cercano en la Encarnación y él mismo hizo el Camino, para que podamos caminar con seguridad, en medio de las encrucijadas y a las falsas indicaciones del mundo que a menudo miente”.
Los santos, hermanos de camino
Además, y volviendo a la figura de san Enrique, Francisco ha subrayado que “los santos son hermanos y hermanas que han recorrido este camino hasta el final y han alcanzado su meta”. “Nos acompañan”, ha señalado, “como testigos vivos de Cristo nuestro Camino, Verdad y Vida. Nos alientan a permanecer en el camino del discipulado incluso cuando luchamos, cuando caemos”.
Finalmente, el Papa ha agradecido a los presentes su participación en este encuentro ecuménico, que es “signo vivo en el contexto de la Semana de oración por la unidad de los cristianos que comenzó ayer”. “Procuremos que este nombramiento ecuménico no se reduzca a un cumplimiento y que no se vuelva autorreferencial: que tenga siempre la sangre del Espíritu Santo y que esté abierto a acoger a los hermanos más pobres y olvidados, y también a los que se sienten abandonados por Dios, que han perdido el camino de la fe y la esperanza”, ha concluido el Papa.