Será este sábado 20 de enero, dando el banderazo de salida para que las otras 97 diócesis hagan lo propio
Cada año, la Arquidiócesis Primada de México, que gobierna pastoralmente el cardenal Carlos Aguiar Retes, es la responsable de inaugurar el ciclo de peregrinaciones diocesanas a la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.
Tradicionalmente, la Arquidiócesis de México peregrina el tercer domingo de enero para agradecer los favores recibidos de la Virgen Morena durante el año que concluyó, y poner en sus manos los proyectos pastorales para el año que inicia.
Una vez que ha peregrinado la Arquidiócesis de México, en cuyo territorio se encuentra la Basílica de Guadalupe, entonces comienza el caminar de las otras 97 diócesis en que está divido el país, las cuales se distribuyen a lo largo del año.
Cabe recordar que el arzobispo de México es el custodio de la sagrada imagen.
Las peregrinaciones de la Iglesia mexicana a la Basílica de Guadalupe comenzaron a realizarse tras la llamada Guerra Cristera, que tuvo lugar de 1926 a 1929, y que provocó que durante ese tiempo los templos cerraran sus puertas por seguridad.
Sin embargo, la primera peregrinación de la que se tiene registro fue cuando, en 1531, el obispo Juan de Zumárraga mandó construir una ermita de adobe en el Tepeyac, a donde fue llevada la imagen de la Virgen de Guadalupe que quedó estampada en el ayate de san Juan Diego.
De acuerdo con la tradición, en esta primera peregrinación se registró un milagro, cuando un indígena quedó herido de flecha a causa de un accidente, pero fue sanado por intercesión de la Morenita del Tepeyac.
Al año siguiente, una peregrinación de lo que ahora es la Diócesis de Azcapotzalco peregrinó al Tepeyac, por lo que se considera que habría sido la primera Iglesia particular en caminar para venerar a la Virgen de Guadalupe, en lo que era entonces su primera casita.
Actualmente, la Basílica de Guadalupe es considerado el santuario mariano más visitado del mundo, con unos 22 millones de peregrinos al año.