Un papa “feliz” con sus “compañeros de viaje”. Así se ha mostrado esta mañana Francisco al recibir en audiencia a los miembros de la Asociación Internacional de Periodistas Acreditados en el Vaticano. El Pontífice ha aprovechado el encuentro para agradecerles su “misión” informando sobre la actividad de la Santa Sede. Primero, les ha leído un discurso y, luego, ha saludado uno por uno a los redactores, cámaras, fotógrafos y productores de todos los medios, entre los que se encontraba Antonio Pelayo, vaticanista de Vida Nueva.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Solidaridad real con los migrantes
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Ser periodista es una vocación, un poco como la de un médico, que elige amar a la humanidad curando sus enfermedades. También lo hace, en cierto sentido, el periodista, que elige tocar las heridas de la sociedad y del mundo. Deseo que volváis a las raíces de esta vocación, que la recordéis, que recordéis la llamada que os une en tan importante tarea. ¡Cuánta necesidad de saber y contar por un lado, y cuánta necesidad de cultivar un amor incondicional por la verdad, por el otro!”, ha comenzado diciendo Jorge Mario Bergoglio.
Así, durante su alocución, ha agradecido “no solo lo que escriben y transmiten, sino también su perseverancia y paciencia para seguir día tras día las noticias que llegan de la Santa Sede y de la Iglesia, describiendo una institución que trasciende el ‘aquí y ahora’. Gracias también por los sacrificios de seguir al Papa por todo el mundo y de trabajar a menudo incluso los domingos y festivos. Debo pedirles disculpas por las veces que noticias que me conciernen los alejaron de sus familias, de jugar con sus hijos y pasar tiempo con sus maridos o mujeres”.
No “dulcificar” las tensiones
Por otro lado, el Papa se ha mostrado también agradecido por la ‘finezza’ con la que informan: “Gracias por la delicadeza que tenéis muchas veces al hablar de los escándalos en la Iglesia: hay algunos y muchas veces he visto en vosotros una gran delicadeza, un respeto, un silencio casi ‘vergonzoso'”.
También, Bergoglio se ha mostrado agradecido por “el esfuerzo que hacéis para mantener esta mirada que sabe ver detrás de las apariencias, que sabe captar la sustancia, que no quiere ceder ante la superficialidad de los estereotipos y de las fórmulas prefabricadas de información-entretenimiento, que, en la difícil búsqueda de la verdad, prefieren la fácil catalogación de hechos e ideas según esquemas preestablecidos”. “Os animo a avanzar en este camino que combina información con reflexión”, ha añadido.
Para Francisco, la belleza del trabajo en torno a Pedro es la de “fundarlo sobre la roca sólida de la responsabilidad de la verdad, no sobre las frágiles arenas de las habladurías y de las lecturas ideológicas; que consiste en no ocultar la realidad e incluso sus miserias, sin dulcificar las tensiones pero al mismo tiempo sin hacer ruido innecesario, sino intentar captar lo esencial, a la luz de la naturaleza de la Iglesia”. “Muchas gracias por su trabajo”, ha concluido.
