El Papa ha recibido este lunes, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, a los miembros del Comité Nacional para el Centenario del Nacimiento de Lorenzo Milani: una figura que ha reivindicado subrayando que “el acontecimiento central” de su vida “es su conversión”. “Nos permite comprender plenamente su persona, primero en su búsqueda inquieta y luego, tras la plena adhesión a Cristo, en su plena realización. Su “sí” a Dios lo toma, lo transforma y lo empuja a comunicarlo a los demás”, ha explicado Francisco.
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“Don Lorenzo vivió plenamente las bienaventuranzas evangélicas de la pobreza y la humildad, dejando sus privilegios burgueses, sus riquezas, sus comodidades, su cultura elitista para hacerse pobre entre los pobres”, continuó Francisco. “Y nunca se sintió disminuido por esta elección, porque sabía que ésta era su misión”.
Testigo de la transformación
Asimismo, el sacerdote “fue testigo e intérprete de la transformación social y económica, del cambio de época en el que la industrialización se impuso en el mundo rural, cuando los agricultores y sus hijos tuvieron que convertirse en trabajadores, condición que los confinó aún más en el mundo rural, en los márgenes”. Sin embargo, “con una mente iluminada y un corazón abierto”, comprendió que “incluso la escuela pública en ese contexto era discriminatoria para sus hijos, porque humillaba y excluía a quienes comenzaron en desventaja y contribuyó con el tiempo a profundizar las desigualdades”.
De esta manera, el Papa ha resumido que “estamos aquí para expresar nuestro agradecimiento a don Lorenzo Milani, sacerdote inquieto e inquietante, fiel al Señor y a su Iglesia: le agradecemos el testimonio que nos dejó como legado desafiante”.