Asia

Tras el ataque a una parroquia en Estambul, los católicos turcos reiteran que “no nos encerraremos en las iglesias”

  • El Estado Islámico atentó ayer contra la iglesia de la Natividad de María, en el suburbio de Büyükdere
  • La operación policial se ha cerrado con 51 detenidos, incluidos los dos asesinos, ambos extranjeros
  • El Episcopado agradece la rápida respuesta del Gobierno y, para el futuro, demanda una “mayor seguridad”





Este domingo 28 de enero, dos asaltantes que escondían su rostro con un pasamontañas entraron en la iglesia católica de la Natividad de María en Büyükdere, un barrio suburbial de Estambul, e interrumpieron la misa lanzando tiros al aire. Tras encarárseles uno de los fieles, Tuncer Cihan, un hombre de unos 50 años con algunos problemas psicológicos y que era muy apreciado por todos los parroquianos, este fue disparado por los asaltantes y perdió la vida.



En las siguientes horas, el Gobierno de Turquía movilizó a las fuerzas policiales y militares para responder al crimen en la capital otomana y, en solo unas horas, la operación se cerró con 51 detenidos. Entre ellos figurarían los dos autores materiales del ataque, que, según ha confirmado el ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya, “son ambos de nacionalidad extranjera; uno es de Tayikistán y el otro ruso”. Además, señaló su pertenencia “al Estado Islámico”. De hecho, el propio grupo terrorista reivindicó al poco su autoría.

Cercanía de Francisco y Bartolomé

Uno de los primeros en lamentar lo ocurrido fue el papa Francisco, quien, tras ser informado poco antes de rezar el ángelus dominical, mostró su “cercanía” a la familia de la víctima y a la Iglesia turca.

También en ese primer momento, como informa la agencia SIR, el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, contactó con Massimiliano Palinuro, vicario apostólico de Estambul y administrador apostólico de Constantinopla, para ofrecerle su pésame. Además, hizo público un comunicado en el que destacó que “nadie debe permitir que el miedo prevalezca sobre la paz social y destruya la convivencia armoniosa de las comunidades religiosas en el país”.

Apoyo necesario

El propio Palinuro, a través de una nota difundida por la agencia Agos, ha mostrado su agradecimiento “a todas las fuerzas del orden” y, en especial, “a nuestro ministro del Interior”, pues “han logrado capturar a los autores del incidente y a las personas con las que están relacionados en un corto período de 12 horas”. Del mismo modo, el representante católico ha reiterado que “nos gustaría aprovechar esta oportunidad para declarar que necesitamos su intenso apoyo para aumentar y reforzar las medidas de seguridad de las comunidades católicas en Estambul durante nuestros cultos”.

En la línea de Bartolomé, el vicario apostólico de Estambul ha reivindicado que la capital de Turquía es un espacio “donde todas las religiones han convivido fraternalmente durante siglos”, por lo que “este clima de amor y respeto mutuos debe continuar”. Y es que, “como católicos que vivimos en Estambul, conocemos el sincero amor fraternal, la conciencia y la hospitalidad del pueblo de nuestro país. Amamos mucho a nuestro país y a nuestra gente”.

Una ola de terror

El último mensaje de Palinuro es para los fanáticos que matan falsamente en nombre de Dios: “Queremos señalar que las personas y grupos que piensan que mediante un acto terrorista propagarán una ola de terror y que nos recluiremos en las iglesias, cerrando nuestras puertas desde dentro, no lo conseguirán”.

Por su parte, la Conferencia Episcopal Turca, a través de un mensaje de su presidente, Martin Kmetec, ha reconocido que la comunidad católica local está “conmocionada” tras un ataque criminal en el que uno de sus hermanos perdió la vida. Algo que jamás debió ocurrir, y aún menos “en un espacio sagrado” en el únicamente debía tener cabida la expresión de la fraternidad y “la fe en Dios”.

Contra la cultura del odio

Por ello, para el también arzobispo metropolitano de Esmirna, estamos no solo contra un modo de presionar a la minoría cristiana del país, sino ante un “acto de violencia contra la humanidad”. De cara a un futuro, Kmetec también pide a las fuerzas de seguridad del Estado turco que “se garantice una mayor seguridad a nuestras comunidades e iglesias”. Al conjunto del pueblo turco, se le llama a que “no propague la cultura del odio y la discriminación religiosa”.

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