Culturas

El arzobispo de Sevilla sella el debate sobre el cartel de la Semana Santa: “Fijemos la mirada en Cristo”

José Ángel Saiz Meneses hace un llamamiento a “madurar” para “centrarnos en la esencial” ante la talla de Jesús más antigua de la capital hispalense





Fenomeno viral en redes, con sus correspondientes memes. Objeto de debate de tertulias televisivas y radiofónicas. Tema de conversación lo mismo de rellano de escalera que de tapeo. Asunto de reflexión sobre la libertad artística y el hecho religioso. Argumentos medidos en unos casos, desmadre polarizador en otro. Lo cierto es que el cartel del Consejo de Hermandades de Sevilla para la Semana Santa de 2024 ilustrado por el artista Salustiano García que muestra a un Resucitado hiperrealista no dejado indiferente a nadie.



En medio de este diálogo abierto, el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha trascendido la dialéctica sobre gustos y pareceres varios para sumar una reflexión que va más allá. “Fijemos hoy la mirada, una vez más y hoy con intensidad especial, en el Santísimo Cristo de Burgos”. Es la sutil e implícita referencia a la polémica que el prelado hizo el pasado domingo, durante la eucaristía que presidió en la parroquia hispalense de San Pedro, donde acudió para celebrar los 450 años de la talla de la hermandad del Cristo de Burgos.

Cambiar el corazón

No se trata de un comentario baladí en un homilía cualquiera, en tanto que estas palabras las pronunció el arzobispo tan solo un día después de la presentación del cartel de Salustiano García y ante la imagen barroca de Juan Bautista Vázquez El Viejo, la escultura más antigua de la Semana Santa sevillana, con la posible excepción del de la Hermandad de la Vera Cruz, todavía sin datar.

Esto es, Saiz Meneses reflexionaba a partir de la imagen con más recorrido y la más reciente de la Semana Santa de la capital hispalense, para superar cualquier comentario vinculado a la iconografía de Jesús de Nazaret: “Le pedimos que nos cambie el corazón, que nos ayude a madurar, a centrarnos en lo esencial, en seguir sus pasos, en dejarnos llenar de vida, porque él es la Vida que llena de sentido nuestra vida”. Este llamamiento a la madurez los completaba recordando que “la esencia del cristianismo es la persona de Cristo y la vida cristiana comienza a partir de un encuentro con él”.

Amar y ser amado

“Jesús comienza la predicación del Reino respondiendo a las inquietudes más profundas del corazón humano: la búsqueda de la felicidad”, expuso Saiz Meneses en su alocución, convencido de que “esta búsqueda es el centro de la vida humana, y es justamente la felicidad, la plenitud, lo que Jesús anuncia y promete. Pero la coloca donde el hombre menos podía imaginar: no en el poseer, ni el dominar, ni el triunfar, sino en amar y ser amado”.

“Este camino de seguimiento, de intimidad, de envío al mundo, -continuó en su homilía- se ha de recorrer con confianza, con esperanza firme y sin temor, con la seguridad que da el saber que quien envía, está presente con nosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos”.

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