A través de una treintena de tutorías en todas las etapas escolares, la entidad configura un programa que se centra en la protección, promoción, prevención y participación frente a las agresiones sexuales, el acoso y el bullying
‘Romper el silencio’. Es el nombre del proyecto educativo sobre la prevención del abuso sexual, el acoso y el bullying en niños y jóvenes que ha puesto en marcha la Fundación Edelvives. Para Llorenç Claramunt, delegado provincial de Protección de la Infancia de Maristes L’Hermitage, que es uno de los promotores de esta iniciativa, urge trabajar la sensibilización de los menores frente a esta lacra a partir de cuatro ejes: “Protección, promoción, prevención y participación”.
Claramunt participó esta mañana en un desayuno informativo en la sede madrileña de Edelvives en el que explicó que este programa se vertebra en 33 sesiones de tutoría que se diseminan entre Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato. En 2016 ya lo trabajaban todos las obras maristas en España y ya son otras muchas las instituciones que se han sumado: vedrunas, gabrielistas, dominicas… “Cualquier actividad pedagógica que promueven que el chaval hable, nos permite que verbalice lo que puede ser la punta del iceberg, lo que sigue preparar al educador ante la revelación de posibles casos de abusos”, expuso Claramunt.
Sobre el punto en el que se
El psicólogo Juan Bellido, formador de ‘Romper el silencio’, subrayó la importancia que tiene el coordinador de bienestar de los colegios para poder “detectar” todas las señales que ayudar a actuar ante cualquier episodio de abuso o acoso. “Nuestra sociedad afortunadamente avanza y ahora no se permite antes que antes se llegaba a ver incluso como normal”, subrayó. En esta misma línea, hizo hincapié en la necesidad de “cuidar a los maestros en su salud mental debido a las situaciones de tensión y estrés que atraviesan”.
Miriam Ozcoidi, formadora de la Fundación Edelvives, se detuvo en el nuevo curso online, en colaboración con Confederación Interamericana de la Educación Católica (CIEC), orientado a los profesores y que busca adquirir conceptos “básicos y sencillos” como “punto de partida” para adentrarse en los derechos de la infancia, las situaciones de riesgo, los espacios seguros… La sexóloga Elena Alonso apuntó cómo los alumnos en no pocas ocasiones se encuentra “en tierra de nadie” en materia afectiva, unas lagunas formativas que derivan en que “se haya perdido tanto el sentido de la intimidad como de lo sagrado”.
En esta misma línea, se manifestó el filósofo Luis Aranguren, impulsor de la Cátedra para el Cuidado Educativo Integral de la mano de la Universidad Pública de Zaragoza: “Desviar el foco en el número, en si son muchos o pocos es un error, de la misma manera que continuamos aferrados a dinámicas sistémicas mal planteadas. Se nos ha cambiado el suelo y estamos en un suelo distinto en la medida en la que se ha roto el techo de cristal”.
“Tenemos un problema muy grave con los menores que están siendo deformados por la pornografía en las redes”, corroboró María Ángeles López Romero, coordinadora de comunicación de la Fundación Edelvives, que justificó la necesidad, no solo de educar a los menores, sino respaldar “el desarrollo emocional de toda la comunidad educativa, tanto los docentes como las familias”. A partir de ahí, López Romero expuso la labor que la Fundación Edelvives realiza: “Acompañamos procesos para transformar realidades en el ámbito de la infancia, las familias, los docentes, así como los equipos directivos e instituciones”.