El Pontífice ha rezado el ángelus en San Pedro invitando a los fieles a convertirse en “portadores de la esperanza y de la curación de Dios”
Jesús, siempre en movimiento. El papa Francisco ha guiado hoy su alocución antes de rezar el ángelus en la plaza de San Pedro en torno al Evangelio del día (Mc, 1, 29-39) para invitar a los fieles a centrarse en el “movimiento continuo de Jesús, que nos dice algo importante sobre Dios y, al mismo tiempo, nos hace algunas preguntas sobre nuestra fe”.
Como ha explicado el Pontífice, “Jesús, que va al encuentro de la humanidad herida, nos muestra el rostro del Padre. Puede ser que dentro de nosotros todavía exista la idea de un Dios lejano, frío, indiferente a nuestro destino. El Evangelio, sin embargo, nos muestra que Jesús sale para que la Palabra que predica llegue, toque y sane a las personas”.
“Al hacerlo -ha continuado-, nos revela que Dios no es un maestro desapegado que nos habla desde arriba; al contrario, es un Padre lleno de amor que se acerca, que visita nuestros hogares, que quiere salvar y liberar, sanar de toda dolencia del cuerpo y del espíritu”.
Asimismo, Jorge Mario Bergoglio también ha destacado que tras estar en camino, Jesús “se retira en oración, para llevar todo y a todos al corazón del Padre; y la oración le da la fuerza para volver nuevamente con sus hermanos”.
“¿Hemos descubierto el rostro de Dios como Padre de misericordia o creemos y proclamamos a un Dios frío y lejano? ¿La fe nos inquieta por el camino o es un consuelo íntimo que nos deja tranquilos? ¿Oramos solo para sentirnos en paz o la Palabra que escuchamos y predicamos nos lleva, como Jesús, al encuentro de los demás, para difundir el consuelo de Dios?”, se ha preguntado el Papa.
Y luego ha recordado que “nuestro primer trabajo espiritual es abandonar al Dios que creemos conocer y convertirnos cada día al Dios que Jesús nos presenta en el Evangelio, Padre del amor y de la compasión. Y cuando descubrimos el verdadero rostro del Padre, nuestra fe madura: ya no somos ‘cristianos de sacristía’, ni ‘cristianos de salón’, sino que nos sentimos llamados a convertirnos en portadores de la esperanza y de la curación de Dios”.
Al término de la oración mariana, el Papa ha invitado a los fieles presentes en San Pedro a rezar por la paz “de la que el mundo hoy más que nunca tiene necesidad”. “La paz no es una responsabilidad de pocos sino de toda la familia humana. Sigamos rezando por la población que sufre especialmente en Palestina, Israel y Ucrania”.
Durante sus palabras finales, Francisco también ha recordado que este próximo 8 de febrero se celebra la Jornada de Reflexión y Oración contra la Trata, se ha unido a los afectados por los incendios en Chile y ha saludado con afecto a los consagrados que se encuentran en el Vaticano asistiendo a un encuentro organizado por el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.