Benjamin Ndiaye reclama que “los senegaleses deben evitar la técnica de la elusión ya que cuando hay un reglamento: hay que respetarlo”
El próximo 25 de febrero los senegaleses estaban llamados a acudir a la urnas para unas nuevas elecciones presidenciales. Sin embargo el presidente del país, Macky Sall, anunció el pasado sábado un aplazamiento hasta el 15 de diciembre de 2024, una demora tan grande que no tiene precedentes desde la independencia de Senegal en 1960. En medio de la inestabilidad generada por este aplazamiento el arzobispo de Dakar, Benjamin Ndiaye, señaló que “Como muchos de nuestros conciudadanos estoy contrariado por lo que está sucediendo”.
“Los senegaleses deben evitar la técnica de la elusión. Cuando hay un reglamento, hay que respetarlo. Respetarlo nos permite avanzar”, señaló Ndiaye en una declaración a la prensa recogida por la Agencia Fides. “Es importante que intentemos experimentar la cohesión nacional. Las instituciones deben ser respetables y respetadas en su misión para que podamos avanzar juntos. Lo más importante para mí es que Senegal viva de acuerdo con su Constitución”, reclamó el arzobispo a la vez que ha pedido que frente a las manifestaciones violentas se apueste por la vía del diálogo para recuperar la paz social.
El presidente ha justificado la medida extraordinaria ante el desacuerdo entre la Asamblea Nacional y el Consejo Constitucional por sospechas de corrupción de unos jueces. Esto ha enfrentado aún más a los candidatos a la carrera presidencial, varios de ellos cuestionados dentro y fuera de sus respectivos partidos políticos. Mientras, en la capital de Senegal se llevan produciendo toda la semana enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que han protestado contra este aplazamiento ya que la sombra de un posible golpe de estado se cierne sobre la población.