No hay rincón de la Iglesia que el Papa Francisco quiera dejar sin auditar y renovar. “Sin reforma litúrgica no hay reforma de la Iglesia”, lanzó esta mañana a los miembros de la Asamblea Plenaria del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
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En las palabras que compartió con ellos en el Palacio Apostólico Vaticano, el pontífice argentino expuso que esta necesidad reformadora solo se puede dar entendiendo “qué es la liturgia en el sentido teológico”. “Una Iglesia que no siente pasión por el crecimiento espiritual, que no intenta hablar de manera comprensible a los hombres y mujeres de su tiempo, que no siente dolor por la división entre cristianos, que no tiembla ante la ansiedad de anunciando a Cristo al pueblo, es una Iglesia enferma”, sentenció el Papa ante quienes tienen en sus manos el presente y futuro de los textos fundamentales de las celebraciones y oraciones de los católicos.
Fidelidad esponsal
Partiendo de los sesenta años de vigencia de ‘Sacrosanctum Concilium’, la constitución conciliar sobre la reforma de la liturgia, apreció que se trata de “una obra de renovación espiritual, pastoral, ecuménica y misionera”. A partir de ahí, Jorge Mario Bergoglio recordó que “cada reforma de la Iglesia es siempre una cuestión de fidelidad esponsal” con Cristo.
En este sentido, insistió en la necesidad de una mayor formación, que para el Papa “no se trata de una especialización de unos pocos expertos, sino de una disposición interior de todo el pueblo de Dios”. En este sentido, invitó al Dicasterio a llevar a cabo una formación a los sacerdotes sinodal y transversal con otros departamentos vaticanos como Clero, Vida Consagrada y Clero.
Como está sucediendo en los encuentros con los responsables de otros Dicasterios, Francisco quiso poner sobre la mesa la cuestión femenina. Además de recordar que “la Iglesia es mujer”, apuntó que “no todo puede reducirse a la ministerialidad”. “La mujer en sí misma tiene un símbolo muy grande en la Iglesia como mujer, sin reducirla al ministerial. Por eso dije que toda reforma de la Iglesia es siempre una cuestión de fidelidad esponsal, porque es mujer”, aclaró justo después.