Como marca la tradición, el segundo viernes de febrero, día 9 este año, Manos Unidas convoca a los españoles a la jornada de Ayuno Voluntario. A las puertas de la Cuaresma, la entidad eclesial “pide a nuestra sociedad un gesto simbólico de apoyo a los 735 millones de personas que pasan hambre en el mundo”. Este ayuno, explican, es un “pequeño gesto tan simbólico como cargado de sentido: un café menos puede transformarse en material escolar para escolarizar a una niña; una comida menos puede haber proporcionado semillas para algún huerto de mujeres… Y la suma de todas las colaboraciones se ven materializadas en centenares de proyectos de desarrollo en decenas de países, que Manos Unidas apoya cada año”.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Jo Bailey Wells, la obispa anglicana que asesora al C-9 de Francisco
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Un pequeño gesto
“Entendemos que abstenerse de comida es un tipo de ayuno. Una manera de tomar consciencia del sufrimiento que padecen a diario millones de personas en el mundo que ayunan involuntariamente porque no tienen alimentos que comer; somos conscientes que es un pequeño acercamiento a su dolor porque es solo un día”, explica Cristina Urrutia, del Departamento de Parroquias de Manos Unidas. Y es que, añade, El ayuno es una forma de “liberarnos de las esclavitudes del egoísmo, de la indiferencia, del orgullo, de la enfermedad del consumo desmedido, del móvil, de la televisión o del ordenador. Un gesto que nos ayuda a acercarnos al sufrimiento de los demás”.
La convocatoria de esta jornada forma parte de la campaña de 2024 Dedicada a reclamar la justicia climática con el lema “El Efecto Ser Humano”—, que culmina el domingo 11 de febrero con la Jornada Nacional de Manos Unidas, en la que lo recaudado en la colecta de todas las parroquias de España se destina a los fines de la ONG.
Entre las propuestas de Manos Unidas para este día está la llamada La Hora del Hambre, en la que cada persona, familia o grupo detiene su actividad cotidiana para centrar su mente y su corazón en tomar conciencia del inmenso drama que significa la desigualdad para millones de personas.