Impulsó la obra de los jesuitas, brindando un espacio para los ejercicios espirituales y su compromiso con los más vulnerables
Este domingo 11, en la Basílica de San Pedro, el papa Francisco cumplirá uno de sus sueños: hacer santa a María Antonia de San José, más conocida como Mama Antula. Fue un gran promotor de su causa y pidió estar atentos a la obra que legó la futura santa, reconociendo la semblanza y las virtudes de esta laica consagrada.
Más allá de lo que ocurra en Roma en la ceremonia de canonización, las diócesis de Santiago del Estero y la arquidiócesis de Buenos Aires, entre otras, se preparan para este día de gracia para la Iglesia local.
Rosarios, novenas, rezos de vísperas, vigilias, actos religiosos y culturales, almuerzos en fraternidad, y celebraciones eucarísticas, son algunos de los eventos preparados por las distintas jurisdicciones en homenaje y en acción de gracias por la vida y la obra de María Antonia de San José.
María Antonia de San José nació en Villa Silípica (provincia de Santiago del Estero) en 1730. Había estudiado con los jesuitas, y acompañó la obra desde su adolescencia, como Beata de la Compañía de Jesús, en el anuncio del Evangelio y con la enseñanza de la lectura, escritura, y la organización de tareas propias del campo, junto a las comunidades.
cuando estos fueron expulsados de estas tierras, asumió la tarea evangelizadora de la orden ignaciana y comenzó a peregrinar por todo este territorio, llevando los ejercicios espirituales y las obras de servicio que realizaban los religiosos.
Ya en Buenos Aires, comenzó con la organización de la Congregación con sus Beatas, hoy las Hijas del Divino Salvador y a soñar con su descomunal legado: la Santa Casa de Ejercicios, ubicada en la avenida Independencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde actualmente continúan con la misión del encuentro de Jesús con cada persona.
En marzo de 2016, el Santo Padre autorizó la publicación de un milagro, atribuido a Mama Antula, por la sanación de una religiosa de la propia Congregación, la hermana Rosa Vanina que se recuperó por intercesión de la fundadora. Por tal motivo, el 27 de agosto de ese año, en la ciudad de Santiago del Estero, se realizó la ceremonia presidida por el enviado papal, Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien la proclamó Beata.
El segundo milagro tiene como protagonista a Claudio Perusini, de la provincia de Santa Fe. En el año 2017, sufrió un ACV que lo dejó en coma profundo, shock séptico y fallo multiorgánico. Estuvo en estado vegetativo 28 días, con diagnóstico fue reservado.
El obispo auxiliar de Buenos Aires, Ernesto Giobando, sj, amigo de la familia, les acercó una estampa de la futura Santa, para que le recen y pidan su intercesión. Así lo hicieron familiares y amigos. En el transcurso de los días, Claudio fue mejorando y recuperó no solo su salud, sino su vida cotidiana. Finalmente, el 24 de octubre del año pasado, el papa Francisco aprobó este milagro atribuido a la intercesión de quien será elevada a los altares, el próximo domingo.