El clima de polarización en Colombia ha estado en el radar de los obispos, que este 9 de febrero culminaron la versión de su 116.ª asamblea plenaria.
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“Consideramos que el gran desafío, urgente y apremiante, que tenemos como país es el fortalecimiento y el cuidado de nuestra democracia e institucionalidad”, han dicho.
Toda vez que han pedido al Gobierno reconocer y respetar la independencia de los poderes del Estado en alusión a la marcha convocada por Gustavo Petro, presidente de la República, para exigir la elección de un nuevo fiscal general.
En estas manifestaciones, lideradas por afectos al petrismo, se registró una situación de asedio al Palacio de Justicia, por ello, los prelados advirtieron que “nos veríamos más expuestos a transitar los dolorosos y estériles caminos del odio y la violencia”.
También han destacado la importancia de construir “un proyecto común de país, que inspire las necesarias reformas que se proyectan”, especialmente “en un ambiente de diálogo, consenso y acuerdos con todos los sectores sociales, a nivel nacional y territorial”.
Crisis estructurales
Los obispos colombianos han mencionado cuatro desafíos a afrontar en la actual coyuntura: situación económica, vida política, crisis estructurales y la construcción de la paz.
Admiten que el problema de la economía mundial, en el contexto postpandemia, ha acelerado los niveles de pobreza en el país con sus secuelas: inequidad, desempleo e informalidad.
Todo ello “acelera el deterioro de las personas y comunidades más vulnerables”, que “son alimentadas por las redes criminales del narcotráfico, la minería ilegal, al trata de personas y el comercio de armas”.
Asimismo lamentaron que mientras haya “profundas heridas aún no sanadas” se verá truncado el camino hacia la anhelada paz, por lo que será clave rechazar sin medias tintas todas las formas de violencia como “vía de solución de los conflictos políticos y sociales”.
Propuestas y compromisos
Los prelados han invitado a todos los gobernantes, sin importar el partido político, a los responsables de las instituciones del Estado y a los líderes sociales, “a superar visiones particularistas, orientándose hacia el bien común”.
Puertas adentro – con el inicio de la Cuaresma – también han pedido a los miembros de la Iglesia “a una profunda conversión al Evangelio, a una más intensa vida de oración como escuela de esperanza y a un vigoroso compromiso misionero que nos haga ser luz”.
Sigue en pie su propuesta de continuar como garantes de diálogo entre el Gobierno con los grupos armados todo con las concertaciones que “sean necesarias”.
Foto: ADN Celam
