El Papa Francisco quiere personas creyentes “sobrias en las palabras pero generosas en la acción, reacias a exhibirse, pero dispuestas a ser útiles, eficaces en la ayuda porque están dispuestas a escuchar”. Así lo manifestó este mediodía en el marco del rezo del ángelus en una plaza de San Pedro con miles de fieles presentes a pesar de la intensa lluvia que caía sobre Roma.
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Partiendo de la lectura del Evangelio que relata la curación de Jesús a un leproso, el pontífice reivindicó cómo Cristo era “de pocas palabras y hechos concretos”. “Habla poco y a las palabras le siguen acciones, no se entretiene en discursos o interrogatorios y mucho menos en piadismos o sentimentalismos”, subrayó. “Más bien, -detalló Jorge Mario Bergoglio- demuestra el pudor delicado de quien escucha atentamente y actúa con diligencia, preferiblemente sin llamar la atención”. “Es un modo maravilloso de amar”, sentenció a continuación.
Disponibilidad sin excusas
“¿Escucho a las personas? ¿Estoy disponible a sus peticiones o busco excusas? ¿Cuál es la última vez que he visitado a una persona sola o enferma?”, preguntó el Papa a su auditorio abierto a modo de examen de conciencia.
Con la canonización de fondo de Mama Antula, que presidió esta mañana en la basílica de San Pedro, pidió un aplauso a la primera santa argentina y se mostró su cercanía a todas las personas vulnerables en la jornada mundial del enfermo. Un domingo más tuvo presentes a todas las víctimas de las guerras, donde “son violados todos los derechos fundamentales”. “Es intolerable”, enfatizó haciendo una referencia directa a Ucrania, Tierra Santa y Myanmar.