El Movimiento de Profesionales Cristianos: una cultura del cuidado al estilo de Jesús

La plataforma de laicos celebra un retiro precuaresmal acompañado por la teóloga y psicóloga Rosa Ruiz Aragoneses

El Movimiento de Profesionales Cristianos: una cultura del cuidado al estilo de Jesús

El Movimiento de Profesionales Cristianos ha celebrado en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz un retiro precuaresmal en clave de ejercicios espirituales bajo el lema ‘Mirando a Jesús. Claves evangélicas del Cuidado’. Este encuentro, realizado en las instalaciones de la Betania Franciscana de las Clarisas de Badajoz de la Dehesilla de Calamón, ha estado dinamizado por por la teóloga Rosa Ruiz Aragoneses, que además es psicóloga y responsable de investigación en el Centro de Humanización de la Salud San Camilo de Madrid.



Basándose en textos bíblicos, del magisterio de la Iglesia, y especialmente en la Encíclica Fratelli Tutti, Ruiz Aragoneses profundizó en cómo el cuidado humaniza  y ha presentado la ternura como principal herramienta para hacerlo posibles. La investigadora invitó a los participantes a contemplar cuatro iconos bíblicos del cuidado: la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37), el pasaje del hombre de la mano seca (Mc 3, 1-6), la curación del paralítico en Cafarnaúm (Mc 2, 1-12) y la unción de Jesús en Betania (Jn 12, 1-8).

Interpelaciones y retos

“Las claves ofrecidas han sido tan sugerentes como numerosas: un cuidado contracultural, un cuidado humilde, no prepotente, un cuidado celebrado y alegre”, expone Trinidad Ruiz Téllez, militante de Profesionales Cristianos. Desde su vivencia en este retiro, Ruiz Téllez pone en valor cómo “la meditación personal y el compartir los ecos de lo que más ha resonado en las vivencias de quienes estábamos presentes, nos ha ayudado a poner nombre a interpelaciones y  retos”.

Entre estas llamadas, se encuentra la necesidad de crear redes de cuidado, visibilizar la necesidad del cuidado estructural, profesional y socioeconómico en un sentido opuesto a la cultura del descarte, así como el discernimiento de los momentos en que se opta por ser posadero o por ser samaritano.

“Cuidar con ternura es una Gracia, un Don que hay que pedir al Señor y es importante para ello nutrirse de la oración personal y comunitaria”, expone Ruiz Téllez, que a la par hace un llamamiento para “concretar esa gracia, la fe, la esperanza y el amor que brotan del encuentro de Dios en la propia estructura humana”.

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