Entre el 9 y el 11 de febrero ha tenido lugar en Berlín la reunión de las secretarías generales de las Comisiones europeas de Justicia y Paz. Este encuentro en la ciudad alemana se ha dado como alternativa al lugar previsto previamente, Lviv, el cual, tal como subrayan los portavoces de las Comisiones en un comunicado, “no se consideró suficientemente seguro debido a la guerra en curso en Ucrania”.
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Hasta Berlín llegaron, sin embargo, las voces de las personas refugiadas de Ucrania y las organizaciones que les apoyan. “La invasión rusa a gran escala y no provocada de Ucrania, que incluye bombardeos de terror contra la población civil, crímenes de guerra y una ocupación brutal, ha obligado a más de 6 millones de personas a abandonar su patria y buscar refugio en el extranjero. Además, 3,6 millones de personas han sido desplazadas internamente”, subraya el comunicado.
“Hasta ahora, la esperanza de las personas refugiadas de regresar a una patria liberada ha permanecido incumplida. Dos años después de la nueva escalada de la guerra, la Federación Rusa no ha dejado de infligir sufrimiento y muerte a la población ucraniana”, continúa el texto, añadiendo que “somos conscientes de que, a pesar de todo, el mayor sacrificio lo está haciendo el pueblo de Ucrania”, el cual está “arriesgando sus vidas también por la libertad y la seguridad del resto de Europa”.
Considerando este hecho, Justicia y Paz Europa subraya que “tenemos el deber moral de ampliar nuestra ayuda para proteger sus vidas”, por lo que “acogemos con gran satisfacción la decisión del Consejo Europeo de iniciar negociaciones con Ucrania sobre su adhesión a la UE. Esperamos que este proceso conduzca también al fortalecimiento de las relaciones culturales, económicas y personales”.
Actuar según nuestra fe
“Como creyentes cristianos y personas europeas, sentimos el llamamiento de practicar una solidaridad continua”, afirma la organización. “Estamos llamadas a mostrar empatía y comprensión hacia el pueblo ucraniano, incluidas las personas refugiadas, que temen constantemente por sus seres queridos, abandonados en Ucrania, y cuyas vidas, dignidad y libertad están amenazadas”.
Además, Justicia y Paz advierte contra las ‘fake news’: “Quienes venden desinformación intentan dividir a nuestras sociedades. En su propaganda, enfrentan a diferentes grupos de personas necesitadas. Utilizan el telón de fondo del aumento del coste de la vida en toda Europa como consecuencia de la guerra para intentar romper la solidaridad con las víctimas de la agresión rusa. Desde nuestro ser cristiano, necesitamos adoptar una postura firme contra esa agitación, que contrasta fuertemente con la doctrina social católica. Ninguna forma de nacionalismo etnocéntrico y de racismo es compatible con los valores cristianos”.
Por último, Justicia y Paz anima a “utilizar todos los medios diplomáticos disponibles a nivel de cooperación multilateral para aumentar la presión sobre la Federación Rusa a fin de terminar con el derramamiento de sangre y el sufrimiento y de poner fin de inmediato a sus ataques contra los fundamentos del derecho internacional, los derechos humanos y el orden de paz internacional”.
Y, sobre todo, la entidad recuerda que “la verdad y la justicia son los requisitos previos para una paz sostenible”. En este sentido, “la forma en que tratamos a las personas refugiadas determina las posibilidades de paz y reconciliación. Trabajar con ellas y las víctimas de guerra es también trabajar por la paz”.