La Universidad de Navarra y la de Emory impulsan un nuevo tratado de Oxford entre Derecho y cristianismo

Las aportaciones mutuas han sido “decisivas” para los ordenamientos jurídicos, según los expertos

La Universidad de Navarra y la de Emory impulsan un nuevo tratado de Oxford entre Derecho y

“The Oxford Handbook of Christianity and Law” (algo así como Manual de Oxford de Cristianismo y Derecho) es la última publicación del Instituto de Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra editado por afirmado Rafael Domingo, catedrático y titular de la Cátedra Álvaro D’Ors y John Witte Jr, director del Centro para el Estudio del Derecho y Religión de la Universidad de Emory.



Relaciones mutuas

Una obra que destaca que las aportaciones del cristianismo han sido y son decisivas para el desarrollo del derecho y de los ordenamientos jurídicos seculares”, según Domingo. Y es que, añade, la relación entre el cristianismo y el derecho no es un mero producto accidental de la historia, sino que tiene un valor permanente para la humanidad. “Por eso, en Occidente, se puede hablar de una relación de futuro necesaria entre cristianismo y derecho”, destaca ya que el volumen se ha incluido entre los tratados de la prestigiosa editorial Oxford University Press.

Una obra en la que participan 70 profesores de universidades como Harvard, Yale, Oxford, Cambridge, Heidelberg o Notre Dame desde una perspectiva histórico jurídica, teológica y filosófica, las interrelaciones entre cristianismo (catolicismo, protestantismo y ortodoxos) y el derecho constitucional, civil, penal, canónico, derechos humanos…

Para el profesor de Navarra, las aportaciones del cristianismo al derecho son muy diversas: “Unas son originales mientras que otras arrojan nueva luz sobre conceptos o ideas ya existentes” como es el caso de la idea de justicia, el sentido del perdón, el cuidado del universo, la separación Iglesia-Estado, los derechos humanos, entre muchos otros conceptos. Para Domingo “España no se entiende sin el cristianismo”. Para el catedrático la presencia pública de la religión “es perfectamente compatible con un sano pluralismo religioso que sirva para enriquecerse, así como con un necesario proceso de secularización que separe cada vez más las funciones políticas de las religiosas”.

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