Los obispos pidieron pensar en una educación a largo plazo, más allá de las coyunturas, y priorizar a los alumnos por sobre los conflictos
Los obispos de la Comisión Episcopal de Educación Católica de la Conferencia Episcopal Argentina enviaron un mensaje ante el inicio del nuevo año escolar 2024, titulado “Educar en la cultura del encuentro y del cuidado”.
Expresaron que vuelven a inaugurar este ciclo, con la esperanza necesaria de todo educador, porque educar es un acto de esperanza, según las palabras del papa Francisco a los participantes del Global Compact on Education, del 15 de octubre de 2020.
Además, aseguraron que los educadores son sembradores pacientes y alegres porque saben que lo que comienza ahora dará frutos a largo plazo, si se impregnan desde las prácticas pedagógicas en el aula hasta las grandes políticas de Estado.
En frases conocidas del Papa, el largo plazo da cuenta de que el “tiempo es superior al espacio” y a los lugares. Por eso, ratificaron que “La educación apuesta más al tiempo de una fecunda y perseverante enseñanza”. La posibilidad de pensar “la educación en el tiempo”, ayuda a levantar la mirada, a ir más allá de las coyunturas, y proponer caminos que transciendan la inmediatez y las urgencias cotidianas. Y permite soñar con “la educación que queremos y buscar juntos consensos para alcanzarla”.
Asimismo, los obispos destacaron que el largo plazo también contribuye a descubrir “que la unidad prevalece al conflicto (EG, 226), y que el horizonte de los alumnos está más allá de un maestro, un director, un ministro o un gobierno, por eso se requiere consensuar juntos un trayecto y sus metas.
Los entusiasma la idea de emprender juntos este camino donde la amistad social da lugar a la acción propositiva y confiada, y abre la educación hacia una planificación que supera de todas las parcialidades.
Para los obispos, todo conflicto está llamado a ser solucionado a través del diálogo sincero, despojado de toda ambición política y personal. La prioridad como educadores serán siempre los alumnos, quienes son la razón por la cual han elegido esta vocación docente. “Toda discusión esta llamada a desarrollarse teniendo nuestra mirada puesta en el derecho de los chicos de estar en la escuela”, manifestaron.
Pidieron, entonces, priorizar los chicos aprendiendo en las escuelas y las aulas por sobre los conflictos. “Enseñemos a los alumnos lo más importante para su vida sabiendo que ellos no olvidarán a los sembradores que dejan huella”, recomendaron los obispos del organismo episcopal.
Otro punto resaltado fue el de la fraternidad y su enseñanza para lograr una cultura del encuentro, y caminar juntos “Hacia un Pacto Educativo Argentino”. Aspiran a lograr juntos, como los padres de la patria, una Argentina con una educación que forme ciudadanos libres y comprometidos con el bien común. Justamente, esta fraternidad es la que guía para educar en una cultura del cuidado, sin la cual, como dijo el papa Francisco, no puede haber una paz social que promueva la dignidad y de los derechos de la persona siempre en colaboración con la familia como primera escuela de vida (54 Jornada Mundial de la Paz, 1° de enero de 2021)
Finalmente, ponen en manos de la Virgen de Luján, Madre y Educadora, este nuevo ciclo lectivo, y piden recordar lo que el Papa Francisco aseveró en aquella Jornada: “la educación constituye uno de los pilares más justos y solidarios de la sociedad“.