El presidente de la Conferencia Episcopal Española abre el Encuentro Nacional de Laicos que se celebra este fin de semana en Madrid
Para el cardenal Juan José Omella evangelizar “no es dar una lección para dormir al otro, sino sacudirle el corazón”. Es el consejo que el presidente de la Conferencia Episcopal Española dio esta tarde a los más de 700 participantes del Encuentro Nacional de Laicos que durante este fin de semana se reúnen en la Fundación Pablo VI de Madrid con el Primer Anuncio como eje. El purpurado ejerció de anfitrión en el acto de apertura que estuvo conducido por Dolores García Pi, presidenta del Foro de Laicos, y en el que también intervino el nuncio Bernardito Auza. Además, durante la oración con la que arrancó este foro de reflexión participó la cantautora Maite López. Durante la sesión se tuvo un recuerdo especial al fallecido obispo Toni Vadell, que fue uno de los impulsores del Congreso de Laicos de 2020.
Omella está convencido de que este primer acercamiento al otro pasa por decir: “Tú vales mucho, Dios te ama”. El también arzobispo de Barcelona considera que esta expresión recoge ese “Id al mundo entero y predicad el Evangelio” que es el envío de todo creyente.
“No se evangeliza como el Llanero Solitario, que va matando a unos y a otros”, expuso el cardenal con naturalidad, que sumó algunos elementos clave de cómo ha de ser este anuncio, como la alegría, la humildad o la comunidad. “El demonio existe, pero solo se le vence desde la comunión. La Iglesia es la familia, pueblo de Dios que acoge”, añadió.
No se olvidó de otro ingrediente más: “La palabra sinodalidad, que le molesta a algunos”. “Hemos de caminar juntos, sintiéndonos todos invitados a la evangelización con un nuevo ardor misionero para que el mensaje de Jesucristo llegue a todos”, deseó.
Sobre cómo lograr el actual proceso de secularización que atraviesa nuestro país, Omella planteó que “a nosotros se nos pide sembrar, el resultado es del Señor”. “Este encuentro nos va a poner gasolina o electricidad a nuestro motor para seguir adelante”, enfatizó.
En el acto también intervino el nuncio Bernardito Auza, que subrayó el proceso de “descristianización” que vive nuestro país: “Son muchos de los hermanos cuya vida está marcada sin ningún signo religioso, un fenómeno que ha llegado aquí”. Para el diplomático filipino, aun quedan “vestigios de Evangelio”, por lo que considera que es “necesario que el anuncio de la persona de Cristo no pierda su novedad y su frescura”. Consciente de que la sociedad líquida es “el nuevo ámbito en el que debe realizarse el anuncio del Evangelio”, reivindicó “el testimonio personal” como “tarea sinodal”. “En la Iglesia todos cabemos, con la alegría de ser un Pueblo unido en la misión”, resumió.