“Radicalmente injusta, una aberración”. Así calificó ayer Adela Cortina, catedrática emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, la migración forzosa de tantas personas que huyen de la guerra, de las condiciones climáticas o de la pobreza. “Se tienen que ver y trabajar todas las partes del proceso, para que este ni siquiera comience”, agregó durante su intervención en una nueva Conversación del Foro Cristianismo en el Centro Arrupe de Valencia.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Más procesos para el primer anuncio
- Regístrate en el boletín gratuito
La filósofa defendió también la necesidad de “caminar con el fin de conseguir una migración forzosa cero”. En este sentido, afirmó que esta meta sería la deseada “para una ciudadanía cosmopolita”.
“Las opiniones deben ganarse el respeto”
Cortina reivindicó “el cosmopolitismo como una necesidad del siglo XXI”, porque ante problemáticas que afectan a todos como es el caso de las migraciones “o tenemos una visión cosmopolita o no podremos resolver los grandes problemas”. En este sentido, puso como ejemplo la pandemia, donde fue necesaria la ayuda y la cooperación de todos para superarla.
“Atender las necesidades de las personas migradas es una exigencia de justicia”, compartió, al tiempo que señaló que “no se puede contraponer la felicidad de cada uno a las exigencias de justicia básica. A la felicidad, hay que invitar; la justicia se exige”.
Por otra parte, invitó a ser reflexivos y críticos y a contestar y desmontar todos los tópicos que se asocian a la migración y que generan su rechazo como, por ejemplo, la vinculación entre migrantes y delincuencia: “No vale decir que se deben respetar todas las opiniones. Las personas, todas son respetables, pero las opiniones deben ganarse el respeto”.