Mikel Garciandía ha expresado su preocupación ante las protestas de agricultores de estos días
“La nuestra es una sociedad que parece movilizarse con las palabras naturaleza y ecologismo, pero que a menudo no tiene en cuenta a las personas que la viven y cuidan, y tantas veces, como ahora, sufren”. Así ha manifestado su preocupación Mikel Garciandía, obispo de Palencia, ante las movilizaciones de los agricultores y ganaderos que están teniendo lugar estos días en nuestro país.
“Tras las consecuencias que deja la crisis, el alza de los precios, tanta inequidad en el reparto de los legítimos beneficios, los hombres y mujeres del campo pueden volver a quedarse con sus soledades, sin apenas medios, sin cobertura y en el total olvido”, denuncia el prelado, subrayando que, así, “el mundo del campo, de la agricultura, de la ganadería vuelve a ser el mundo de los ignorados y tantas veces utilizados”.
“Los cristianos de nuestra Iglesia local de Palencia no podemos menos de hacernos eco de tantos hogares y comunidades rurales, cuyo modo de vida es cada vez más amenazado e insostenible”, asevera.
En este sentido, el obispo de Palencia ha asegurado que “como comunidades cristianas sentimos nuestras las alegrías y las tristezas, y los problemas que vive nuestro mundo rural”. Por ello, “las protestas de estos días suponen una llamada a nuestra conciencia, a salir cada cual, de nuestra existencia, más o menos plácida y segura”, y, de esta manera, “deben suponer un tener en cuenta a nuestra gente que vive olvidada por todos… en nuestros pueblos, esos que apenas cuentan, esos que ven cómo otros deciden por ellos y sin contar con ellos”.