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Gobierno busca cerrar casa para migrantes en Estados Unidos y la Iglesia sale a la defensa: “Deberían estar agradecidos”

El obispo Mark Seitz anunció que defenderá vigorosamente la libertad de las personas de fe y buena voluntad que administran este centro





Esta semana, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, interpuso una demanda contra la Casa de la Anunciación (Annunciation House), que da refugio a migrantes en El Paso, Texas (Estados Unidos) desde 1978.



El funcionario estadounidense pretende revocar el registro de la casa de migrantes, pues señala que la  Casa de la Anunciación “está involucrada en violaciones como facilitar la entrada ilegal a los Estados Unidos, el acomodamiento de extranjeros y el contrabando de personas”.

Intimidación a las organizaciones pro-migrantes

A ese respecto, el presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el obispo Mark Seitz, señaló que el hecho de que el fiscal pretenda cerrar un refugio católico para migrantes muestra la difícil situación que enfrentan esas organizaciones.

“Por un lado, nos vemos desafiados por la grave negligencia federal de proporcionar una respuesta segura, ordenada y humana a la migración en nuestra frontera sur”, dijo el obispo de Texas en un comunicado.

Y “por otro lado, ahora estamos siendo testigos de una creciente campaña de intimidación, miedo y deshumanización en el estado de Texas, caracterizada por alambre de púas, nuevas y duras leyes que penalizan el acto de buscar la seguridad en nuestra frontera y el ataque a aquellos que ofrecerían ayuda como respuesta de fe”.

Tenemos una deuda de gratitud con la casa de migrantes

El obispo Seitz señaló que la Casa de la Anunciación ha dado una respuesta efectiva y compasiva a los desafíos de inmigración de la ciudad; una respuesta que tiene sus raíces en el Evangelio.

Su trabajo es un ejemplo de nuestro compromiso católico con los pobres, el llamado cristiano a amar al prójimo y entrar en la brecha para tomar medidas donde muchos no lo harán… Nuestra Iglesia, nuestra ciudad y nuestro país deben a la Casa de la Anunciación una profunda deuda de gratitud”, dijo Seitz.

El obispo aclaró que los esfuerzos de la Iglesia en la frontera no son políticos, sino que apuntan a responder a las necesidades de aquellos con los que se encuentran.

“Por parte de la Iglesia, nos esforzaremos por trabajar con todos en busca del bien común de nuestra ciudad y nación… Defenderemos vigorosamente la libertad de las personas de fe y buena voluntad para poner en práctica las convicciones religiosas profundamente arraigadas”, enfatizó Seitz.

Y continuó: “No nos dejaremos intimidar en nuestro trabajo para servir a Jesucristo en nuestras hermanas y hermanos que huyen del peligro y tratan de mantener a sus familias unidas… Nos solidarizaremos con los trabajadores humanitarios y voluntarios de nuestra comunidad, con nuestras organizaciones comunitarias sin fines de lucro que ayudan a los migrantes, así como con todos aquellos en las tierras fronterizas y en todo nuestro estado que viven bajo el peso de políticas de inmigración inhumanas”.

Acusaciones infundadas

Por su parte, la Casa de la Anunciación calificó las afirmaciones de “infundadas” a través de un comunicado del 21 de febrero.

Expresó: “La Casa de la Anunciación ha mantenido a cientos de miles de refugiados que vienen por nuestra ciudad fuera de las calles y les ha dado comida… El trabajo ayuda a servir a nuestros negocios locales, a nuestra ciudad y a los funcionarios de inmigración para mantener a la gente fuera de las calles y darles un refugio mientras pasan por nuestra comunidad… Si el trabajo que realiza la casa de migrantes es ilegal, también lo es el trabajo de nuestros hospitales, escuelas y bancos de alimentos locales”.

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