Europa

Indignación en el Sínodo alemán: “Es frustrante que el Vaticano permita un Comité Sinodal en la Amazonía pero lo prohíba en Alemania”

La presidenta del Comité central de los Católicos Alemanes lamenta la decisión de la Santa Sede: “¿Dónde están los criterios fiables que se apliquen a todos?”





“Es frustrante que el Vaticano permita un Comité Sinodal en la Amazonía pero lo prohiba en Alemania”. Así de tajante se ha mostrado la presidenta del Comité central de los Católicos Alemanes (ZdK), Irme Stetter-Karp, en una entrevista con Katholisch al ser preguntada por esta cuestión.



“¿Dónde están los criterios fiables que se apliquen a todos?”, se ha preguntado, recordando, a su vez, que el CEAMA “tuvo que presionar durante un año para obtener la aprobación del Vaticano” y que el papa Francisco “recientemente apoyó personalmente el proyecto”. “Al parecer el Papa tiene un problema con la Iglesia en Alemania”, lamenta. “Desafortunadamente, como nunca hubo discusiones directas, no tenemos ninguna posibilidad de tener una influencia directa. Duele que no vea nuestros esfuerzos verdaderamente sinceros”.

Decidir juntos

Ante esta situación, Stetter-Karp reconoce que se ha planteado “si podremos continuar el trabajo constructivo conjunto entre los laicos y los obispos en Alemania”, ya que, si bien “éste es nuestro interés común”, la decisión de Roma “frustró este trabajo”. “Roma ha creado repetidamente imágenes distorsionadas del Camino Sinodal”, ha asegurado, garantizando que el objetivo de este siempre ha sido “discutir y decidir juntos” para “fortalecer la Iglesia Católica en nuestro país y ver la participación de los creyentes como un recurso”.

“Desafortunadamente, parece que en Roma la sinodalidad sólo se afirma en un nivel abstracto, como en el Sínodo Mundial”, ha continuado. “Pero cuando las cosas se vuelven concretas y tangibles, los frenos se pisan con fuerza en los últimos metros, sin diálogo”. Para Stetter-Karp, esto significa que “sigue estando lleno de conflictos y, además, para nosotros, como ZdK, existen límites. Es deprimente que no estemos logrando ningún progreso. Muchos han estado involucrados en la Iglesia durante años o décadas y en algún momento ya no entienden lo que está sucediendo aquí. Es incomprensible que no haya respuestas, que la Iglesia siga estancada en posiciones que no son sostenibles”.

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