El Papa Francisco calificó hoy de “urgencia” la presencia de la Iglesia española en el ámbito educativo. Así lo ha puesto de manifiesto en el mensaje que ha enviado a los 1.200 participantes del congreso ‘La Iglesia en la educación: presencia y compromiso’, que hoy se celebra en Madrid y en el que participa toda la comunidad educativa, desde la escuelas católicas a los colegios mayores, pasando por las universidades o las familias.
En su mensaje, que fue leído por el cardenal Juan José Omella en el auditorio de la Fundación Pablo VI, el pontífice argentino reivindicó el Pacto Educativo Global que él mismo ha puesto en marcha con una meta: “Todos tienen derecho a la educación, nadie debe ser excluido”. “No puedo dejar de recordar a tantos niños y jóvenes sin acceso a la educación en diversas partes del mundo, que sufren opresión e incluso la guerra y la violencia”, remarcó.
“Hoy la misión educativa tiene una urgencia particular”, subraya Jorge Mario Bergoglio, desde el convencimiento de que “la educación es, ante todo, un acto de esperanza en quien tenemos delante, en el horizonte de su vida, de sus posibilidades de cambio y de contribución a la renovación de la sociedad”.
“Trabajad por vuestras necesidades, en España, sin olvidar a nadie”, remarca el pontífice, que hace un llamamiento al compromiso de la escuela con su entorno: “Sed sensibles a las nuevas exclusiones que genera la cultura del descarte”. “Y no perdáis nunca de vista -continúa el Papa- que la generación de relaciones de justicia entre los pueblos, la capacidad de solidaridad con los necesitados, y el cuidado de la casa común pasarán por el corazón, la mente y las manos de quienes hoy son educados”.
“Lo propio de la educación católica en todos los ámbitos es la verdadera humanización, una humanización que brota de la fe y que genera cultura”, explica el Papa en su carta. A la par, detalla cómo “la educación es una labor coral, que pide siempre colaboración y trabajo en red; no se queden nunca solos, eviten la autorreferencialidad”. “La educación no es posible sin apostar por la libertad abriendo paso a la amistad social y a la cultura del encuentro”, escribe el Santo Padre. Al agradecer la labor educativa de la Iglesia española, puso en valor “todos los educadores, agentes y protagonistas de la educación, a veces cansados y poco valorados hoy”.