España cierra una media de entre 20 y 22 monasterios cada año, según estimaciones de la Conferencia Episcopal Española a las que ha tenido acceso ‘Vida Nueva’. Si en 2017 había 814 monasterios en nuestro país, en 2022 la cifra descendió hasta 712; es decir, 102 menos. La crisis vocacional es tal que el número de cierres casi se ha duplicado en este último lustro en comparación con la década anterior, cuando se clausuraba un monasterio al mes.
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Y es que en 2007 España, que sigue siendo el principal bastión contemplativo con un tercio de los monasterios del mundo, contaba con 902. Así, en estos últimos 15 años, el número de monjas (ellas representan más del 90%) y monjes de clausura ha caído casi a la mitad, pasando de los 14.000 a los 7.906. Aunque esta estadística sí se ha conseguido frenar en estos últimos cinco años a pesar de la pandemia, perdiendo a 284 monjas y monjes cada año, mientras que en los diez años anteriores el número se reducía en 468 anualmente.
‘Cor orans’
El futuro de la clausura en España vuelve a estar sobre la mesa estas semanas después de que las Carmelitas Descalzas de Ronda (Málaga), que custodian la mano incorrupta de Santa Teresa, salieran a los medios reclamando “cuanto antes” al menos dos religiosas para evitar su cierre. La madre Jennifer, coincidiendo con la celebración del Año Jubilar con motivo del centenario de su fundación (15 de octubre de 1924), inició este llamamiento después de quedar solo cuatro hermanas en el convento y una de ellas con una enfermedad degenerativa. Antes de la pandemia eran ocho, pero dos murieron a causa del coronavirus y otras dos por otras enfermedades.
La religiosa lanzaba este SOS apoyándose en la instrucción ‘Cor orans’ con la que el Vaticano aterrizaba en 2018 la constitución apostólica ‘Vultum dei quarere’ (2016) sobre la vida contemplativa femenina y que establece en cinco el número mínimo de monjas por monasterio. Esta, en su artículo 8 recuerda que “cuando no subsistan los requisitos para una real autonomía de un monasterio, el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica estudiará la oportunidad de constituir una comisión ‘ad hoc’ formada por el ordinario, por la presidenta de la federación, por el asistente federal y por la abadesa o priora del monasterio. En todo caso, dicha intervención tiene como fin un proceso de acompañamiento para revitalizar el monasterio o para encaminarlo hacia el cierre”.
Las Carmelitas de Ronda forman parte de la Federación Virgen del Carmen –agrupación de 14 monasterios de Descalzas de Andalucía y Badajoz, que camina de forma conjunta desde 1981–. Por ello, si el convento se cierra, como todo apunta, las religiosas serán trasladadas a otros, como expone a esta revista la presidenta de la federación, la Hna. María Aurora de la Trinidad, de las Carmelitas de Granada. “La situación de Ronda es similar a la de la mayoría de los monasterios de la federación, que se encuentran en una situación muy precaria por el bajo número de hermanas”, lamenta. Y añade: “Es doloroso tener que cerrar, pero no hay más opciones”.
Imposible ceder otras religiosas
Las Carmelitas de Ronda ya han solicitado un proceso de afiliación concedido por la federación que se encuentra a falta del plácet de Roma. “Ellas pierden de esta manera una parte de la autonomía del monasterio y sería el consejo de la federación quien debe discernir si esta etapa es superable o deben cerrar, que será lo más probable, porque no es el primer caso. Por eso, es imposible ceder otras religiosas como piden”, explica la presidenta. Una vez se decreta un cierre, “lo primero es reubicar a las hermanas en otros monasterios donde van a seguir viviendo como Carmelitas Descalzas y quizás en mejores condiciones que las actuales”, agrega.
Aunque, la realidad es que económicamente “las hermanas de Ronda se están defendiendo ahora mismo bastante bien. Durante la pandemia tuvieron momentos de pasarlo mal, porque solo tienen una pensión. Pero Jennifer es muy activa, conoce a mucha gente y con sus dulces, que están muy buenos, van tirando”, detalla. En el resto de conventos de la federación la situación es precaria en cuanto al número de hermanas, pero en lo económico todos subsisten. “Los problemas llegan cuando hay que acometer obras, porque al ser casas grandes, cuando arreglas una cosa se te estropea otra”, indica la Hna. María Aurora de la Trinidad.
La mano de santa Teresa
Una de las mayores preocupaciones de sor Jennifer es que tendrán que devolver la reliquia de la primera mujer doctora de la Iglesia a Castilla y León debido a una condición impuesta bajo supervisión notarial en 1924. Documento este cuya existencia era ignorado por la federación. La realidad es que, como indica ‘Cor orans’, los bienes de un monasterio, aunque se cierre, continúan perteneciendo a la congregación. Sin embargo, en el aire queda ahora su futuro destino.
Ronda, mientras tanto, recoge firmas para que no se cierre el convento que alberga el principal atractivo turístico del municipio, que atrae cada año a decenas de devotos que llegan a la ciudad del Tajo para ver la mano de la santa, al igual que hacen en Ávila, Salamanca o Alcalá de Henares, donde se conservan la gran mayoría de estas reliquias. Esta mano es, precisamente, la que durante la Guerra Civil fue robada por los republicanos. Posteriormente la recuperarían los nacionales, que se la entregaron a Francisco Franco, quien la guardó durante los casi 40 años de dictadura, no siendo devuelta al convento hasta su muerte.