Hace unos días el Consejo Episcopal Permanente de la Conferencia Episcopal Paraguaya manifestaron su preocupación ante la decisión de los Senadores de aplicar la pérdida de investidura a una senadora. Según los prelados este hecho deja dudas sobre las formalidades legales y reglamentarias.
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Como consecuencia de esta decisión, los obispos paraguayos enumeraron distintas consideraciones con la finalidad para que no deje de respetarse la Constitución Nacional.
Legitimidad y confianza
Los miembros del Consejo Permanente sostuvieron que observan con dolor un proceso de deterioro de la institucionalidad democrática que, con sus luces y sus sombras, se ha venido construyendo con esfuerzo en los últimos 35 años.
Para ellos es necesario conducir las instituciones democráticas con la altura moral y ética, e idoneidad de sus miembros, y en el respeto de los procesos y procedimientos establecidos en el marco legal vigente. Asimismo, creen que en la toma de decisiones legítimas y en cumplimiento de los reglamentos, esperan que se aplique con equidad, en todos los espacios y casos, sin privilegios ni consideraciones de intereses particulares.
Los obispos de Paraguay destacaron que pone en riesgo y lastima el sistema democrático la lucha por el poder y los intereses de grupos que interfieren y se anteponen al bien común y al fortalecimiento de los poderes del Estado y de los órganos institucionales previstos en la Constitución. Creen que quienes tienen responsabilidad de conducción, ya sea en organismos estatales o instituciones, con su integridad, rectitud, honestidad y decencia, deben asegurar confianza a la ciudadanía.
Búsqueda del bien común
Destacaron también que quienes gestionan las instituciones democráticas del país deben recordar que existen para servir a la nación, cuyo primer servicio es la responsabilidad de velar por la seriedad del uso del poder, teniendo en cuenta las diferencias entre mayorías y minorías para que no ocasionen daños a la confianza y legitimidad de las decisiones. Apelaron, también, a la participación plural, el disenso y el debate respetuoso en la búsqueda del bien común.
Finalmente, subrayaron que es obligación de todos, especialmente de quienes ocupan cargos electivos, respetar, cumplir y salvaguardar los mandatos de nuestra Carta Magna:
- La República del Paraguay adopta como gobierno la democracia representativa, participativa y pluralista, fundada en el reconocimiento de la dignidad humana;
- La soberanía reside en el Pueblo y,
- El gobierno es ejercido por los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de independencia, equilibrio, coordinación y recíproco control… La dictadura está fuera de la ley (cfr. Artículos 1, 2 y 3).
Reflexión y discernimiento
Los miembros del episcopado aseguraron que la Cuaresma es un tiempo de reflexión que llama a la conversión y a volver a Dios; un tiempo apropiado para purificarnos, para creer, y para recibir a Dios en nuestra vida y “permitirle poner su morada en nosotros (Juan 14, 23)”.
Ante las tensiones y la incertidumbre social y política, elevaron oraciones para que Dios ilumine en su discernimiento a los gobernantes, y puedan guiar al pueblo con prudencia, serenidad y sabiduría, tomando decisiones justas, con el fin de proteger y velar por los derechos fundamentales de todos sus ciudadanos.
“Que Dios bendiga a nuestra amada nación y nos conceda la fortaleza necesaria para superar estos desafíos con dignidad y esperanza, y que nuestra Madre, la Virgen María, nos anime a caminar juntos hacia la Pascua de Resurrección, en paz, en convivencia fraterna y con amistad social“, exhortaron los obispos del Paraguay.