“Rezo mucho por el Papa, para que pueda ir al cielo cuanto antes”. Este es el deseo en forma de oración de Gabriel Calvo Zarraute, sacerdote de la Archidiócesis de Toledo, para Francisco. Así lo compartía el cura en una autodenominada “tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria” que se emite a través de YouTube.
“Esa es una de las cosas que se puede pedir para cualquiera”, decía Francisco J. Delgado, también sacerdote de Toledo (actualmente en Denver), ante las risas del resto de presentes: Juan Manuel Góngora, sacerdote de la diócesis de Almería; Rodrigo Menéndez Piñar, de Toledo; el sacerdote estadounidense Charles Murr; Roylan Recio, de la diócesis de Colorado Springs (Estados Unidos); y Juan Razo, de la Diócesis de Saltillo (México).
Precisamente Murr se quiso unir “a las oraciones del padre Gabriel -quien actualmente se encuentra sin actividad pastoral, con un permiso para completar estudios, según recoge la web del Arzobispado de Toledo- para el Santo Padre”. “Somos muchos con esa intención”, contestó este, para que luego Delgado -que fue uno de los instigadores de la recogida de firmas contra las bendiciones gais, consiguiendo reclutar a la friolera del 0,14% del clero español- rematara: “Pues a ver si rezamos más fuerte”.
Aunque el vídeo es del pasado 22 de febrero, fiesta de la Cátedra de San Pedro, se ha hecho viral en las últimas horas en redes sociales, provocando el estupor de decenas de católicos que no entienden cómo un sacerdote puede desear la muerte del Sucesor de Pedro.
La conversación no tenía tampoco relación con Jorge Mario Bergoglio, puesto que los sacerdotes iban a hablar sobre la conveniencia de dar la comunión en la mano, advirtiendo que todos opinan igual porque “no les gusta perder tiempo en el debate”.
Sin embargo, al comienzo de la conversación, un saludo inicial de Góngora, quien se presenta como “cura de pueblo”, en el que aludía a la festividad recordando su “unión en la verdad y la fidelidad al Santo Padre y rezando por su persona”, hizo que el resto de sacerdotes mostraran estos buenos deseos al Pontífice de 87 años.
Roylan y Piñar, por su parte, ni para bien ni para mal se acordaron del Papa. Mientras, Razo -que se ha llegado a cuestionar la legitimidad de Francisco como Papa- se limitó a unirse “en oración por el Santo Padre”. Sin embargo, estos sacerdotes, acostumbrados a corregir -siempre fraternalmente- al resto, no lo vieron conveniente ante los deseos de muerte para el Papa.