Armand Puig, medalla de Honor del Ateneu Universitari Sant Pacià

La institución ha homenajeado al que fuera su primer rector en un acto que ha contado con la presencia del cardenal Omella y del prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, cardenal José Tolentino de Mendonça

Armand Puig recibe la medalla del Ateneu Sant Pacià

El Ateneu Universitari Sant Pacià (AUSP) ha entregado este jueves, tal como recoge Europa Press, su Medalla de Honor a su primer rector, Armand Puig, en un homenaje que han encabezado el arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, y el prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, cardenal José Tolentino de Mendonça.



Omella (gran canciller de la AUSP) ha destacado que la tenacidad de Puig “hizo posible que se erigiera el Ateneu” en Catalunya y que haya existido hasta ahora. Asimismo, ha valorado que Puig esté ahora en Roma presidiendo la Agencia de la Santa Sede para la Evaluación y la Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades Eclesiásticas (Avepro) con el cardenal Tolentino.

Heredera del Concilio Vaticano II

Por su parte, Puig ha agradecido la distinción, los discursos y la presencia de Omella y Tolentino, y en su discurso de respuesta a la laudatio ha explicado que el Ateneu es “heredera del Concilio Vaticano II” por razones históricas y eclesiales y por la estructuración y complementariedad de sus diversas facultades, centros y cátedras.

Del mismo modo, ha defendido que “la calidad es el punto decisivo hacia el cual debe tender una institución universitaria” como el Ateneu, siendo constante en la investigación, activo en la enseñanza y atento a la sociedad, la universidad y la cultura.

José Tolentitno ha pronunciado la ponencia ‘¿Qué teología para nuestro tiempo?’, en la que ha citado un documento del papa Francisco y ha afirmado que la Teología debe ser contextual y ser consciente de su entorno. “La Iglesia tiene que arriesgar más y sentir que las culturas son hogares fundamentales para el diálogo del cristianismo”, ha afirmado. “El culto es central en la experiencia cristiana, pero si el culto no se traduce en las culturas, eso quiere decir que mantenemos las semillas a la bolsa y no las esparcimos”, ha añadido.

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