Los obispos de la región Centro analizaron los distintos temas, bajo la luz de la actual situación de crisis que se vive en el país
El cardenal Ángel Rossi sj, arzobispo de Córdoba, junto a sus auxiliares, Ricardo Seirutti, Alejandro Musolino sdb, y Horacio Álvarez; Sergio Buenanueva, obispo de San Francisco; Samuel Jofré, titular de Villa María; Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje; Adolfo Uriona, obispo de Río Cuarto; y el prelado de Deán Funes, Enrique Eguía Seguí, tuvieron esta semana la primera reunión del año de la Región Pastoral Centro.
Villa Cura Brochero fue el lugar de encuentro, en el que hubo un espacio importante para analizar la vida de las seis diócesis de la provincia, conocer sus realidades y el consecuente trabajo pastoral de cada una de ellas.
Durante estos días, los obispos recibieron a los agentes pastorales de las distintas áreas de servicio y evangelización.
Tuvieron una reunión online con los miembros de los equipos diocesanos de Pastoral de Juventud. Escucharon a los jóvenes y evaluaron la posibilidad de concreción de un encuentro regional en Río Cuarto.
Asimismo, estuvieron presentes los equipos diocesanos de Cáritas, quienes presentaron las distintas iniciativas que se desarrollarán durante el año. La actualidad y las distintas problemáticas sociales fueron el eje de este momento por el impacto que tiene en las comunidades y las dificultades para el acceso a los recursos de ayuda.
Abordaron el tema del sostenimiento económico de la Iglesia, después de que se efectivizara en enero la renuncia de los obispos al aporte estatal, y las campañas propias para la continuidad de las obras de evangelización de la Iglesia local.
Otro interés fue el de la educación. Han recibido a las juntas diocesanas, y han repasado las problemáticas y las dificultades que están encarando los equipos directivos en la actual gestión educativa, en la que todos los actores se consideran perjudicados.
En cuanto al tema misión, las diócesis cordobesas sostienen la tarea misionera “Ad gentes” en lo espiritual y en lo económico: una misionera en la Amazonía de Bolivia y otra en la Amazonía de Perú, en Puerto Maldonado. Aprovechando la presencia de una de ellas en la provincia, dialogó con los prelados sobre su cotidianeidad con los pueblos originarios, en un escenario con grandes desafíos sociales y ambientales.
Al finalizar la reunión, los obispos de la provincia de Córdoba, emitieron un mensaje final, a través del cardenal Rossi.
Dijo que ni por casualidad ni comodidad participaron de esta reunión en Villa Cura Brochero, sino que ese es el lugar del corazón en donde el santo no supo divorciar el anuncio del Evangelio con el trabajo social y el cuidado de la gente. Aseguró que sus dos hermosas obsesiones eran: “cuidar el corazón de su fe y cuidar también la dignidad”
Para describir el contexto por el cual está pasando el país, utilizó una frase del personaje mítico de Córdoba, Doña Jovita: “estamos cascoteados”. Dijo que durante estos días estuvieron “rezando, reflexionando y discerniendo poder seguir muy cerca de nuestra gente, seguirla en sus esperanzas porque nuestro pueblo es maestro de esperanza y de paciencia. Y acompañarlos también en sus penurias y dificultades”, añadió el arzobispo.
Propuso renovar la esperanza, con la mirada en el Señor, los ojos altos y las manos juntas, y los pies desnudos tocando la realidad, “algo que define a Brochero”.
Recordó lo que pedía el papa Francisco, recientemente, a un grupo de argentinos: ‘les pido firmeza y decisión frente a los modelos deshumanizantes y violentos, porque la paz es una construcción de todos los días”.
Finalmente pidió que todos sean obreros de la paz, allí donde Dios los puso, y que recen para poder estar a la altura, no solo de lo que Dios les pide, sino también de la dignidad del pueblo.