El Papa ha recibido en audiencia a los participantes en la conferencia ‘Vulnerabilidad y comunidad entre acogida e inclusión’
“Para acoger a los hermanos y hermanas vulnerables debo sentirme vulnerable y, como tal, acogido por Cristo. Él siempre nos precede: se hizo vulnerable, hasta la Pasión; acogió nuestra fragilidad porque, gracias a Él, nosotros podemos hacer lo mismo”. Así lo recalcaba en su discurso –leído, a causa de la gripe del Pontífice, por Filippo Ciampanelli– el papa Francisco, en su audiencia de hoy con los participantes en la conferencia ‘Vulnerabilidad y comunidad entre acogida e inclusión’.
“Jesús pasó la mayor parte de su ministerio público, especialmente en Galilea, en contacto con pobres y enfermos de todo tipo”, continúa el discurso. “Esto nos dice que para nosotros la vulnerabilidad no puede ser un tema ‘políticamente correcto’, ni una mera organización de prácticas, por buenas que sean. Digo esto porque lamentablemente el riesgo está ahí, siempre está al acecho, a pesar de toda la buena voluntad”.
“Debemos permanecer bien anclados al Evangelio, a Jesús, que no enseñó a sus discípulos a planificar la atención a los enfermos y a los pobres”, sino que, tal como subraya el Papa, “quería formar a sus discípulos en un estilo de vida estando en contacto con los más vulnerables entre ellos”. Y es que “los discípulos vieron cómo encontraba a las personas, vieron cómo acogía: su cercanía, su compasión, su ternura. Y después de la Resurrección el Espíritu Santo imprimió en ellos este estilo de vida. Así, pues, el Espíritu siempre ha formado hombres y mujeres que se han convertido en santos amando como Jesús a personas vulnerables”.
Por último, el Papa ha recordado en su discurso que “en el Evangelio, los pobres, los vulnerables, no son objetos, son sujetos, son protagonistas junto con Jesús del anuncio del Reino de Dios”, como es el caso de Bartimeo, el ciego de Jericó: “El vulnerable Bartimeo, salvado por el vulnerable Jesús, comparte la alegría de presenciar su Resurrección”. En resumen: “las personas vulnerables, encontradas y acogidas con la gracia de Cristo y su estilo, pueden ser presencia del Evangelio en la comunidad creyente y en la sociedad”.