‘Amar es para siempre’, la exitosa serie diaria de sobremesa de ‘Antena 3’, llega a su fin tras nueve años de emisión. Su lugar lo ocupará ‘Sueños de libertad’, que transcurre en la España de 1958 y narra la historia de Begoña Montes, una mujer atrapada en un matrimonio tóxico, pero con un porvenir esperanzador por su incesante búsqueda de independencia. En esta ambiciosa serie podremos ver a Alejandra Meco, interpretando el papel de secretaria del jefe, recordada por éxitos televisivos como ‘Acacias 38’, ‘El Secreto de Puente Viejo’ o ‘El Caso’.
PREGUNTA.- ¿Cómo aceptará el cambio el seguidor de la serie más longeva de la televisión?
RESPUESTA.- Aunque no tiene nada que ver, les va a enganchar. Lo cómodo sería continuar con el formato, pero la cadena ha dado un giro radical lleno de personajes nuevos y tramas palpitantes. La calidad de imagen es increíble. Va a llegar a un público todavía más amplio.
P.- La España de 1958, con lo joven que es, para usted debe ser como ciencia ficción…
R.- (risas) Mis abuelos la han vivido y he visto fotos y me he documentado. Es una época que quería interpretar porque, aunque fue una época dura, me encanta estéticamente por los peinados, los trajes, las casas… todo lleva un cuidado estético precioso. Y en comparación a ‘Acacias’, no usamos corsé, que es muy bonito, pero ¡se sufría mucho!
P.- Vuelve al ritmo de rodaje de una telenovela diaria. ¿Hay alguna técnica para soportarlo?
R.- En ‘Acacias’ y ‘Puente Viejo’ fui protagonista y la jornada era de doce horas. Era muy intenso todo con trece secuencias al día. Ahora no, y lo disfruto mucho más porque voy menos días a la semana, y me da tiempo a entender más el personaje. (…)
P.- ¿En qué actrices se mira?
R.- Cuando veo una película no la veo como espectador normal. Me gusta Margot Robbie, Marion Cotillard… y estoy viendo ‘Secretos de matrimonio’, de Jessica Chastain y me fascina. La veo y digo: “Me gustaría volver al origen de cuando veía cine por puro disfrute”, pero ahora voy a trabajar. (…)
P.- ¿Es una mujer con fe?
R.- Sí, absolutamente. Creo profundamente en algo superior y en que todo me va a proporcionar enseñanza, amén de tener la convicción de que el amor lo mueve todo. Soy espiritual pero no religiosa… de momento. Con sentido de la trascendencia, desde luego.