Confirmado. La Santa Sede ha dejado en dique seco la causa de beatificación de Isabel la Católica. Así lo han sentenciado “sin margen de dudas” a Vida Nueva fuentes del Dicasterio para las Causas de los Santos, después de que esta misma semana ya advirtieran a esta revista desde el departamento vaticano que veían “casi imposible” llegar a buen término, al menos, durante el pontificado del papa Francisco.
Es más, desde Roma estarían “molestos” por las erradas expectativas generadas y la estrategia comunicativa desplegada en el desembarco que a lo largo de esta semana ha realizado en el Vaticano la delegación que aboga por elevar a los altares a la reina española. La visita se programó coincidiendo con los 520 años de los funerales que se hicieron en la capital italiana con motivo de su fallecimiento.
El equipo está capitaneado por el director de la Comisión por la beatificación de Isabel la Católica, José Luis Rubio Willen, así como por el gran maestre y presidente del capítulo de nobles caballeros y damas de la reina Isabel la católica, José María Gómez Gómez. En su vertiente episcopal, ha estado liderado por el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, justo en la antesala de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal en la que parte como uno de los candidatos para ser elegido presidente, tras el fin del mandato del cardenal Juan José Omella.
Fuentes vaticanas muestran su “perplejidad” especialmente por las declaraciones realizadas después de los avisos informales dados al respecto en estos días a los responsables de impulsar la causa. El prefecto del departamento vaticano, el cardenal Marcello Semeraro, se habría expresado el pasado martes con diplomacia en la reunión institucional. Desde el Dicasterio comentan a esta publicación que no se entró en detalle alguno sobre el freno “para no mostrarse descortés ante la ilusión expresada por quienes le saludaron y por el desembolso económico que habrían realizado para este aniversario el resto de peregrinos”.
La peregrinación ‘isabelina’ ha contado, entre otros actos, con una misa el pasado lunes presidida por Argüello en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat y la inauguración de un monumento a la reina erigido junto al sepulcro de Alejandro VI. El martes, Argüello presidió otra misa en Santa María la Mayor, tras la que se dio paso a las investiduras del Capítulo de Caballeros y Damas de Isabel la Católica. Por la tarde, el cardenal José Tolentino y el cardenal Semeraro presidieron un acto académico. El broche del viaje era el saludo del arzobispo de Valladolid al papa Francisco en el marco de la audiencia general de los miércoles como un signo de su visto bueno a la causa.
En el marco de esta agenda, sí se habría hecho llegar por otros cauces más directos la negativa de la Santa Sede para respaldar la iniciativa. “Hay quien sabía incluso antes de que se programara este viaje que poco iba a cambiar el asunto, pero, desde luego, ahora pueden regresar sin ninguna duda al respecto”, añaden fuentes del Dicasterio sobre la errada percepción que podría llevarse una comitiva de más de 80 personas llegadas desde España, pero también de Estados Unidos, Argentina y México.
El pasado miércoles, la Archidiócesis de Valladolid emitió un comunicado tras el encuentro de Luis Argüello con el Papa. En la nota solo se destacaba que “el Sumo Pontífice ha animado a nuestro pastor a vivir su ministerio y a seguir los diversos trabajos en la Archidiócesis”. Argüello le entregó al Pontífice argentino el libro sobre las actas del simposio celebrado en Valladolid en 2018 sobre de Isabel de Castilla y la evangelización de América.
Ayer, en el programa ‘Ecclesia al Día’ de Trece presentado por Álvaro de Juana, Luis Argüello intervino desde Roma para defender que Isabel la Católica merece ese reconocimiento eclesial como modelo “por ejemplo para vivir la caridad social y política” y por sus virtudes heroicas “en el ejercicio de su vida como mujer, esposa, madre o reina”. Además, en su diálogo con la periodista Angelines Conde, ensalzó el papel de la reina como evangelizadora, “en un momento como el actual en el que a veces se revisan con determinadas miradas históricas lo que fue ese acontecimiento tan extraordinario y singular”.
Según relatan quienes impulsan la beatificación de la reina española, el expediente lleva desde 1972 en Roma, y en los años 90 una comisión de historiadores dio el visto bueno a proseguir. Sin embargo, fue Juan Pablo II quien habría bloqueado el proyecto por las sombras de su reinado respecto a la expulsión de los judíos y la colonización. O lo que es lo mismo, el veto para elevar a los altares a Isabel de Castilla se arrastraría desde los pontificados anteriores al primer pontífice latinoamericano de la historia.