La última versión del documento recoge 251 denuncias más que la publicada en diciembre
La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha actualizado por segunda vez su informe ‘Para dar luz’, en el que se recogen las cifras de los casos de abuso sexual dentro de la Iglesia católica y, según el cual, el número de denuncias asciende a 1.057 desde 1940 –251 más que en la última actualización, en diciembre de 2023– distribuidos en diferentes instancias eclesiásticas.
De acuerdo con la actualización del informe, realizado en colaboración con el del Defensor del Pueblo y el del bufete Cremades & Calvo Sotelo, la Conferencia Episcopal ha registrado 428 casos en diócesis, 613 en congregaciones religiosas, uno en institutos seculares y 15 en otras instituciones eclesiásticas.
De todos ellos, consideran 155 como casos probados y 203 casos verosímiles pero no probados. Por otro lado, 60 están en investigación, 366 casos no han sido probados, y, finalmente, 121 casos no imputables a la institución. Además, se mencionan 95 casos excluidos y tres casos los reconocen como denuncias falsas.
El informe subraya que estos datos nunca serán definitivos debido a “que otros episodios de abusos tuvieron lugar hace demasiado tiempo para que hayan podido salir a la luz o que, directamente, algunas víctimas no quieren contar su caso”. Sin embargo, “el esfuerzo de la Iglesia seguirá siendo conocer todos los casos para ayudar a sanar su dolor y poner lo medios para que no pueda volver a pasar”.
El documento da respuesta, incluso, a la propuesta de crear un fondo de reparación para las víctimas. A la vista de los casos registrados y de cómo se han resuelto ya parte de ellos, se plantea que no es necesario crear una hucha como tal, pero sí abordar una reparación integral como así se aprobó en la Asamblea Plenaria de otoño celebrada a finales de noviembre. De hecho, recoge los supuestos de actuación de cada una de las diócesis españolas en caso de tener que afrontar legalmente uno de estos casos.
“Hace cinco años”, apuntan los obispos en su reflexión final, “la Iglesia en España comenzó un largo recorrido ante una realidad que le resultaba desconcertante e inesperada: la posibilidad de que en su seno hubieran tenido lugar abusos sexuales contra menores por parte de alguno de sus miembros”. Sin embargo, “la preocupación manifestada por el papa Francisco y la Santa Sede sobre los casos de abusos cometidos en otros países, las investigaciones solicitadas por distintas conferencias episcopales del mundo y las informaciones que comenzaron a publicarse en España hicieron pensar que era necesario prestar atención a una realidad que permanecía oculta”.
De esta manera, señalan, nacieron las Oficinas de protección de menores y prevención de abusos en todas las diócesis y en numerosas congregaciones en España. “La información ofrecida por estas oficinas fue el punto de partida para hacer una mirada complexiva a esta realidad. A ella se añadieron los informes de los medios de comunicación o el más reciente del Defensor del Pueblo y también las aportaciones solicitadas por la Conferencia Episcopal como el informe Para dar luz, presentado por primera vez en abril, o el realizado por el despacho Cremades & Calvo Sotelo y presentado recientemente”.