El prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales ha pedido una especial participación en la colecta del Viernes Santo, destinada a los Santos Lugares
Mientras la guerra entre Israel y Palestina no da indicios de acabar, el Viernes Santo se aproxima, y, con él, la tradicional Colecta ‘pro Terra Sancta’. Ante esta situación, el prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el cardenal Claudio Gugerotti, ha enviado una carta a las distintas diócesis de todo el mundo para animar a que se unan, un año más, a esta iniciativa fundamental para el mantenimiento de los Santos Lugares y los cristianos de la zona.
“‘Y ahora nuestros pies se detienen a tus puertas, Jerusalén’. ¡Cómo hubiéramos querido que las palabras del salmo 122 fuesen la descripción de lo que ocurre hoy día! Y, en cambio, son tantos los peregrinos que quedan lejos de la ciudad de sus sueños, mientras los habitantes de la Tierra Santa continúan sufriendo y muriendo”, lamenta el cardenal. “En todo el mundo resuena el estruendo de las armas portadoras de muerte”.
Asimismo, recuerda que la peregrinación a Jerusalén “cuenta con una historia antigua cuanto lo es el cristianismo, y no solo para los católicos”. Esto, apunta en la carta que “se hace hoy posible gracias a la obra generosa de los franciscanos de la Custodia de la Tierra Santa y de las Iglesias Orientales allí presentes. Ellos mantienen y animan los santuarios, signos de la memoria de los pasos y de las acciones de Jesús, testigos materiales de un Dios que asumió la materia para salvarnos a nosotros, barro animado por el soplo del Espíritu. Por el trabajo fiel de ellos en aquellos lugares se continúa rezando incesantemente por el mundo entero”.
Por ello, el prefecto apunta que esta colecta es más que una “tradición pía”: “En todo lugar en la Iglesia católica se convierte en una obligación para los fieles el ofrecer su ayuda en la así llamada Colecta Pontificia para la Tierra Santa, que se recoge el Viernes Santo o, para algunas áreas, en otro día del año. La haremos también este año, esperando en una particular generosidad por vuestra parte”.
“Aparte de la custodia de los Santos Lugares que han visto a Jesús, están –todavía vivos y operantes, aun entre mil tragedias y dificultades, con frecuencia causadas por el egoísmo de los grandes de la tierra– los cristianos de la Tierra Santa. Muchos en la historia han muerto mártires por no ver cortadas las raíces de su antiquísima cristiandad. Sus Iglesias son parte integrante de la historia y de la cultura de Oriente”, explica Gugerotti.
“Sin embargo”, añade, “hoy muchos ya no consiguen resistir y abandonan los lugares donde sus padres y sus madres han rezado y han testimoniado el Evangelio. Dejan todo y huyen, porque no ven esperanza. Y lobos rapaces se dividen sus despojos”. Por ello, subraya que, con esta carta, pretende que “su grito no quede desoído y el Santo Padre pueda sostener a las Iglesias locales para que encuentren con su ayuda nuevas vías, lugares donde habitar, puestos de trabajo, de formación escolar y profesional, para que permanezcan allí y no se pierdan en el desconocido mundo de Occidente, tan diverso de su modo de ser y en su modo de testimoniar la fe. Si se tuviesen que ir, si tuviesen que dejar en Jerusalén y en Palestina sus pequeños comercios, destinados a los peregrinos, que ya no van allí, el Oriente perdería parte de su alma, quizá para siempre”.
Tal como subraya el Vaticano, la Colecta “pro Terra Sancta” nació del deseo de los Pontífices de mantener un fuerte vínculo entre todos los cristianos del mundo y los Lugares Santos. Es la fuente principal de sustento de la vida que se desarrolla en torno a los Lugares Santos y el instrumento que la Iglesia se ha dado para estar al lado de las comunidades eclesiales de Oriente Medio. En tiempos más recientes, el Papa Pablo VI, a través de la exhortación apostólica “Nobis in Animo” (25 de marzo de 1974), dio un impulso decisivo a favor de Tierra Santa, que visitó en la histórica peregrinación de 1964.
A través de la Colecta, la Custodia Franciscana puede apoyar y llevar adelante la importante misión a la que está llamada: salvaguardar los Santos Lugares, piedras de la memoria, y fomentar la presencia cristiana, piedras vivas de Tierra Santa, a través de numerosas actividades solidarias, como por ejemplo el mantenimiento de las estructuras pastorales, educativas, asistenciales, sanitarias y sociales.
Los territorios que se benefician de diversas formas del apoyo de la Colección son los siguientes: Jerusalén, Palestina, Israel, Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Etiopía, Eritrea, Turquía, Irán e Irak. Normalmente, la Custodia de Tierra Santa recibe el 65% de la recaudación, mientras que el 35% restante va al Dicasterio para las Iglesias Orientales, que lo utiliza para la formación de los candidatos al sacerdocio, el apoyo del clero, las actividades escolares, formación cultural y subvenciones a las distintas circunscripciones eclesiásticas de Oriente Medio. En concreto, la colecta de 2023 recaudó 6.571.893,96 euros.