Con el Día Internacional de la Mujer, celebrado este 8 de marzo, las amazónicas de la Iglesia no se conforman con solo conmemorar una fecha más. Es así como desde la Red Eclesial Panamazónica (Repam) y la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) han suscrito un comunicado no por ellas, sino por todas sus congéneres del mundo.
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Reconocen – sin atisbo de duda – el compromiso de congregaciones religiosas femeninas y grupos de laicas en la obra y misión de la Iglesia. Abogan para que “su ministerialidad, su liderazgo y protagonismo sean ampliamente reconocidos”.
Consideran que “las mujeres continúan relegadas a pesar de su amplia participación en la vida pastoral y de servicio. Las mujeres siguen viviendo en un contexto violento, materializado en el machismo, autoritarismo, clericalismo, marginación, invisibilización y exclusión”.
Eso estanca “la comunión y la sinodalidad”, por lo que proponen (y exigen) “hoy un papel diferente en nuestra Iglesia. Es una exigencia antigua que requiere ir más allá de las meras afirmaciones de una Iglesia sinodal y en salida”.
No basta con afirmar
Las mujeres amazónicas – en su pliego de peticiones – dan un golpe de timón para que del dicho al hecho se acorte el trecho, por ende, “necesitamos que nuestra voz tenga fuerza vinculante y promueva la erradicación de toda forma de autoritarismo, discriminación y exclusión de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad”.
Es hora que la jerarquía haga cambios reales “en sus estructuras y procedimientos” basados en la dignidad bautismal común y la igualdad y corresponsabilidad en la misión, “no sólo se afirmen, sino que se ejerzan y se practiquen”.
“Nos duele enormemente que aún continúe este sistema sexista, conservador y clericalista, con pocas oportunidades para las mujeres en una Iglesia dominada por hombres”, apuntaron.
En este sentido, el llamado es a la conversión, porque “ha llegado el momento de dar pasos concretos para renovar y reformar nuestros procedimientos, acuerdos institucionales y estructurales, de modo que se permita la participación plena y activa de las ministras en los procesos de gobierno y toma de decisiones”.
Las mujeres amazónicas – como las de todas las mujeres del mundo – que están al servicio de la Iglesia quieren “voz y voto en los órganos de decisión de la Iglesia”, dejando claro que “no es una cuestión de sensibilidad feminista, sino la búsqueda de responder mejor a las exigencias evangélicas y el deseo sincero de contribuir para que nuestra Madre Iglesia”.
Foto: EFE