Ocurrió en la madrugada del sábado al domingo. Unos ladrones se llevaron del museo de la catedral de Plasencia la corona de la imagen de la Virgen del Puerto, patrona de la capital del Jerte, y la del niño Jesús, así como un par de cruces pectorales y anillos episcopales.
Al parecer, los ladrones accedieron al espacio expositivo de la catedral a través de la barbacana con una escalera. Posteriormente, forzaron la reja que da directamente a la sala del museo con un sistema hidráulico. Una vez en el museo catedralicio, rompieron las hornacinas que guardan las piezas.
“Sabían lo que querían y lo que necesitaban para su tropelía”, expone a la agencia EFE el deán de la catedral, el sacerdote Jacinto Núñez, que ha detallado que el lugar carecía de alarma y las cámaras de vigilancia “estaban dando muchos problemas desde hace tiempo”.
Pero, ¿en qué consiste el botín robado? Las coronas de la Virgen y el Niño, de estilo plateresco, están conformadas por 2.261 gramos de oro, más de 85 de platino, 124 brillantes, 1.377 rosas, 15 perlas, una perla japonesa, 39 medias perlas, 506 aljófar, 44 turquesas, 53 esmeraldas, 175 topacios, 100 olivinas, y 12 turmalinas.
Así, las joyas sustraídas estarían valoradas en un más de un millón de euros, tal y como ha asegurado el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro. La corona de la Virgen, que habitualmente se guarda en el museo de la catedral, sólo sale una vez al año al santuario de la patrona, coincidiendo con el inicio de la novena. Precisamente el robo ha tenido lugar cuando solo quedan dos semanas para esta novena, que se celebra el 6 de abril.
“En esa corona están los anillos de matrimonio y joyas con diamantes donados por familias… con lo bonito que había sido toda esa aportación y lo triste que ha sido ahora con esta sustracción“, ha lamentado el rector del santuario, fray José María Correcher.
Para el obispo de Plasencia, Ernesto Brotóns, este suceso “duele en el alma”, no solo porque se trate de “una joya preciada y preciosa, de incalculable valor”, sino porque se han llevado “un pedacito, no pequeño, del corazón de lo placentinos”. Así lo ha expresado el prelado en un mensaje dirigido a los vecinos de Plasencia en el que subraya cómo las dos coronas fueron “forjadas gracias al cariño y la devoción de nuestros mayores, ricos y pobres”, y, por tanto, son “testigos de muchas lágrimas, oraciones, súplicas, recuerdo y memoria tierna y agradecida de nuestros antepasados, de nuestros mayores”.
“Aun siendo consciente de que suena ingenuo, y quizá lo sea, ruego a quien nos ha arrebatado este tesoro que recapacite y lo retorne”, escribe Brotóns en su comunicado, en el que subraya la “plena disposición” de las autoridades eclesiásticas para la investigación que sigue abierta.