El cardenal Pizzaballa preside el Domingo de Ramos en Jerusalén: “¡No tenemos miedo!”

“Vuestra presencia es siempre una presencia de paz, y hoy necesitamos tanto la paz, que nos traigáis vuestra paz”, señaló el patriarca latino pensando en los ausentes peregrinos

El cardenal Pizzaballa preside el Domingo de Ramos en Jerusalén: “¡No tenemos miedo!”

A pesar de la incertidumbre, en Jerusalén los católicos han podido conmemorar la entrada de Jesús precisamente en esa ciudad, el Domingo de Ramos. El patriarca latino, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, ha presidido la procesión alrededor de la Basílica del Santo Sepulcro y la eucaristía en la mañana de este 24 de marzo. Como es tradición la celebración contó con las palmas de Jericó y los ramos de olivo traídos del convento franciscano de San Salvador.



Los cristianos de Gaza

La eucaristía, tras concluir la procesión con tres vueltas en torno al Sepulcro, se celebró en el altar de la Magdalena y tres franciscanos de la Custodia de Tierra Santa leyeron el relato de la Pasión. Por la tarde, en el Monte de los Olivos, se recorrió en procesión el camino entre la iglesia de Betfagé y la iglesia de Santa Ana en Jerusalén siguiendo los pasos que Jesús dio en su entrada a lomos de un borrico. En la procesión junto al patriarca y los franciscanos participó el Nuncio Apostólico en Israel y delegado en Jerusalén y Palestina, Tito Yllana.

Domingo De Ramos Jerisalen Santo Sepulcro

Al final de la procesión, Pizzaballa, destacó que “a pesar de la guerra, a pesar de todo, hemos querido celebrar de nuevo este año la entrada triunfal de Jesús en la Ciudad Santa. Pero no queremos olvidar a todos aquellos que no han podido estar hoy aquí. Todos los cristianos de Palestina, especialmente nuestras comunidades de Belén, Beit Jala , Beit Sahour y Tajbeh”. “Quizás en estos meses nos hemos sentido perdidos, desconcertados, solos y sin referencias. A veces, esta terrible guerra que parece no terminar nunca nos hace temer cada vez más por el futuro. Pero hoy estamos aquí de nuevo, aunque pocos, sin peregrinos y sin tantos hermanos y hermanas de tantas partes de nuestra diócesis, que no han podido acompañarnos”, añadió el cardenal. “Lo importante es estar aquí, y gritar con fuerza y fe que tenemos un referente, Jesucristo. Que no estamos solos ni abandonados y, sobre todo, ¡que no tenemos miedo!”, recalcó.

“Nuestros pensamientos van en particular a nuestros hermanos de Gaza. Queridos hermanos, no estáis solos. Toda la Iglesia de Jerusalén está unida a vosotros, os abraza y os agradece vuestro testimonio de fortaleza y valentía. Junto con nosotros, todas las Iglesias, todos nuestros hermanos y hermanas del mundo, rezan por vosotros y con vosotros”, añadió dirigiéndose a quienes sufren directamente los enfrentamientos. Y pensando en los peregrinos hizo un llamamiento: “Queridos amigos, os esperamos. No tengáis miedo, ¡volved a Jerusalén y a Tierra Santa! Vuestra presencia es siempre una presencia de paz, y hoy necesitamos tanto la paz, que nos traigáis vuestra paz”, según recoge la Custodia.

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