El Papa pronuncia sin problema el discurso previsto a la comunidad nigeriana de Roma, desmintiendo un agravamiento de su bronquitis tras no entonar la homilía del Domingo de Ramos
La decisión de Francisco de no pronunciar la homilía que tenía prevista para la misa de Domingo de Ramos hizo disparar alarmas en algunos foros sobre el agravamiento de la bronquitis que arrastra desde hace varias semanas. Aunque presidió la eucaristía que da inicio a la Semana Santa y entonó el rezo del ángelus con su alocución anexa, algunos medios han llegado a sentencia que la decisión de permanecer en silencio en la homilía se debía a que su salud era ‘precaria’, bajo el argumento de que llevaba un mes sin pronunciar discursos largos.
Hoy, el Papa ha tumbado todas estas especulaciones sin necesidad de comunicados de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Jorge Mario Bergoglio ha pronunciado en su totalidad el discurso previsto a la comunidad católica nigeriana en Roma, a quienes ha recibido esta mañana en audiencia en el Aula Pablo VI.
Según relata la agencia AGI, que siguió en directo el encuentro, el Papa se expresó “con una voz que no es fuerte, pero tampoco apagada”. La agencia incluso deja caer que “sólo una vez parecía tener dificultad en pronunciar alguna palabra”. Es más, en algún momento se permitió dirigirse a su auditorio con naturalidad, con expresiones fuera de guión.
Sobre el contenido de su alocución, Francisco animó a esta comunidad africana a reconocer “la riqueza en la diversidad” de etnias, tradiciones culturales y lenguas para que no constituyan “un problema”, sino “un don que enriquece el tejido de la Iglesia y el de toda la sociedad y nos permite promover los valores del entendimiento mutuo y de la convivencia”. Con esta premisa, el pontífice está convencido de que se podrá conformar una “gran familia integradora, donde cada uno pueda hacer uso de sus diferentes talentos, que son frutos del Espíritu Santo, para sosteneros y fortaleceros unos a otros en tiempos de alegría y tristeza, de éxito y de dificultad”.
A la par, los advirtió del riesgo de encerrarse en sí mismos en lo que denominó un “aislamiento tribal”. “Comunidad sí, tribu no. Esto es muy importante”, enfatizó. A la vez, aclaró que tener una mirada universal “significa no encerrarse en la propia cultura”.
En esta misma línea, hizo un llamamiento a promover el diálogo en Nigeria, sabedor de los “tiempos difíciles” que atraviesa el país. “Al aseguraros mi oración por la seguridad, la unidad y el progreso espiritual y económico de vuestra nación, invito a todos a fomentar el diálogo y a escucharnos con el corazón abierto, sin excluir a nadie en el plano político, social y religioso”, remarcó.
El Papa quiso agradecer la entrega de los sacerdotes y consagrados nigerianos, por su “generosidad, humildad y perseverancia”. “Sed siempre discípulos misioneros, agradecidos de que el Señor os haya elegido para seguirlo y os haya enviado a proclamar con celo nuestra fe y contribuir a la construcción de un mundo más justo y humano”, los aconsejó el Obispo de Roma. Además, los hizo un encargo: “trabajar por la reconciliación entre todos vuestros hermanos, contribuyendo a aliviar la carga de los pobres y más necesitados y haciendo vuestro el estilo de Dios”.