Lo que dejó en Chile el subsecretario de la Secretaría General del Sínodo

En tres días Luis Marín de San Martín profundizó sobre sinodalidad en diálogos con académicos y en conversatorio abierto al público

Lo que dejó en Chile el subsecretario de la Secretaría General del Sínodo

El acto central de su visita fue la conferencia “La Sinodalidad en el hoy de la Iglesia”, realizada en la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, organizada por la Conferencia Episcopal de Chile, la Conferencia de Religiosas y Religiosos (CONFERRE) y esa Universidad.



En ella Marín enfatizó lo que para él es central en la sinodalidad, ser “una iglesia más coherente que propone un dinamismo evangelizador” y definió la sinodalidad como “una propuesta para vivir de forma más coherente nuestra fe cristiana y para dar testimonio de Cristo en el mundo de hoy”.

Una expresión de este modo de ser iglesia es que “la iglesia es comunión” por tanto, “no se puede ser cristiano sin comunión”.

A continuación de su conferencia, expusieron el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí; el presidente de CONFERRE, Mario Salas, OdM; y Ana Maria Celis, abogada, licenciada en derecho canónico de la Pontificia Universidad Gregoriana y recientemente incorporada por el papa Francisco al Dicasterio Laicos, Familia y Vida.

Iglesia en estilo Jesucristo

Entrevistado por la revista “Nuestra Vida” de la Congregación de los Sagrados Corazones, Luis Marín de San Martín dijo que “la Iglesia en estilo sinodal no significa otra cosa sino la Iglesia en estilo Jesucristo. La única que existe, la única verdadera. El papa Francisco no ha inventado nada; lo que ha hecho ha sido retomar y potenciar una dimensión esencial de la Iglesia, presente ya en las primitivas comunidades”.

En esa entrevista se le planteó cómo recuperar la confianza en una iglesia dolida por abusos, encubrimientos y negligencias. El obispo Marín fue certero en responder: “El tema de los abusos, además de ser un hecho criminal, nos hace ver la terrible realidad del pecado en la Iglesia. Es preciso, a la luz de Cristo, mirarlo de frente, asumirlo, desarrollar procesos de purificación y sanación, con todo lo que conllevan. No podemos limitarnos a los fríos datos o la mera crónica: se refiere a personas vulnerables, a seres humanos concretos. Es un terrible escándalo que los pastores se conviertan en lobos. Creo que también debemos preguntarnos por las causas, para que sea posible sanear la fuente pútrida que ha originado el horror. A este respecto me parece que se están dando pasos firmes”.

Que la Iglesia sea lo que debe ser

Agregó que “el proceso sinodal se desarrolla en un contexto concreto, en un momento histórico determinado, también con sus sombras y su realidad de pecado. Se orienta a la autenticidad y a la coherencia, para que la Iglesia sea como debe ser. Hemos sido llamados por Cristo y debemos honrar la vocación cristiana. Ciertamente todo este tema conlleva el abuso de poder, la distorsión de la autoridad, el pecado. Esto origina unas consecuencias en verdad trágicas, destructivas. En el proceso de reforma todos somos necesarios y requiere la implicación de todos”.

En cuanto a los avancen en el proceso sinodal en la iglesia, destacó que “se percibe que la sinodalidad no es teórica, sino que implica la vida y nos abre a un proceso de renovación profunda a todos los niveles. Esto se concreta, entre otros aspectos, en la necesaria participación en la vida de Iglesia por parte de todos los bautizados. Vamos entendiendo que ningún cristiano debe ser un mero espectador en la Iglesia, sino protagonista, y que las diferentes vocaciones presentan distintos modos de seguir a Cristo, desde la igualdad básica como cristianos”.

Además, dijo que “el proceso sinodal nos ha abierto a la escucha y al diálogo como medios para discernir la voluntad de Dios. Nos ayuda a plantear cuestiones y a clarificar temas confusos o equívocos. Es una llamada a la coherencia y, desde ella, supone un gran impulso a la misión por parte de todos”.

Otro aspecto positivo es “que el proceso sinodal nos está ayudando a desarrollar la eclesiología de comunión y a superar esquemas erróneos, pero muy arraigados, como son el clericalismo y el asambleísmo. Estamos ante algo mucho más importante que un reparto de atribuciones o una reforma meramente administrativa”.

Encuentros con teólogos

En un encuentro con la comunidad de Teología de la Universidad Católica la autoridad vaticana profundizó en el significado y la aplicación de la sinodalidad en la Iglesia, analizando el camino hacia una Iglesia más participativa y cercana a sus fieles, en línea con los ideales impulsados por el papa Francisco.

En un ambiente distendido el subsecretario del Sínodo compartió valiosas reflexiones y experiencias en torno a la temática, lo que posibilitó un diálogo fructífero con los académicos y las académicas; y los y las estudiantes de la Facultad asistentes al encuentro.

En Valparaíso, Marín participó en la inauguración de la Licenciatura en Derecho Canónico, curso impartido de manera conjunta por las Pontificias Universidades Católica de Valparaíso y de Salamanca, España. Allí, dijo que “el Derecho Canónico es fundamental en la Iglesia. Por ello, la creación de esta Licenciatura es motivo de una enorme alegría, no solo para la Iglesia que peregrina en Chile, sino porque ofrece una preparación concreta para los alumnos y alumnas, sean sacerdotes, religiosos o laicos, como también a toda la Iglesia de América Latina. Es importante para el proceso sinodal de la Iglesia, nos ayuda a poner bases firmes, canónicas y teológicas, para sustentar el desarrollo pastoral en los tiempos que estamos viviendo”.

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